Millones de mexicanos son doblemente invisibles, es decir, no tienen un acta de nacimiento que avale su existencia y al emigrar a Estados Unidos tampoco tienen forma de salir de la sombra. Los deportados –sin documentos y sin registro– tampoco cuentan con un esquema eficiente de recepción en México.

Instancias gubernamentales y civiles carecen de un dato específico para determinar el tamaño del problema; sólo hay estimaciones y cifras de 2008, indicativas de que poco más de 6 millones de mexicanos se hallaban en esa condición, se expuso durante el primer Foro binacional sobre el derecho a la identidad y la migración.

Por la ausencia de identidad, tampoco se sabe cuántos migrantes están prácticamente en una situación apátrida, impedidos de realizar trámites elementales, como casarse, acudir a la corte o abrir una cuenta de banco.

Ante el fenómeno, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) expide –en la red consular de Estados Unidos– un mecanismo denominado pasaporte de protección, como alternativa de apoyo a los paisanos en situación crítica. No es un documento de viaje y tampoco suple a otro documento oficial, pero sí es aceptado por las autoridades del vecino país.

Reyna Torres, responsable de la protección a mexicanos en el exterior, de la SRE, explicó que los consulados no tienen facultad de expedir certificados de nacimiento, por lo que es necesario encontrar vías efectivas de auxilio, como el citado pasaporte de protección.

Admitió también que un reto inicial de la academia y la estructura gubernamental es determinar cuántos mexicanos están en la doble invisibilidad y dónde se encuentran. Un sector en esta situación son los estudiantes que llegaron a corta edad a Estados Unidos pero no cuentan con un registro de identidad oficial en ningún país.

Por ahora, la diplomática prometió que la falta de acta de nacimiento no será impedimento para que los jóvenes sean beneficiarios (de eventuales cambios en materia migratoria en Estados Unidos).

Durante el foro se hicieron algunas estimaciones sobre el tamaño de la problemática. Por ejemplo, se dijo que se hallaron 250 casos de invisibles sólo en San Diego, California, o que no hay un esquema de recepción para los miles de deportados de Estados Unidos (en la administración de Obama se ha repatriado a 2 millones de personas, y la mayoría son mexicanos) y se carece de programas para la atención tanto de niños como de adultos devueltos, refirió Jorge Santibáñez, especialista en migración y evaluación de políticas públicas.

El foro fue organizado por Be Fundation, Derecho a la Identidad, asociación civil, y el gobierno del Distrito Federal.

Damián Alcázar, actor mexicano y portavoz humanitario de Be Foundation, alertó acerca de las circunstancias en que vive cada persona que no tiene identidad, los doblemente invisibles.

Una señora, Laura Rocío Ordóñez, no existe; no puede casarse, estudiar o abrir una cuenta bancaria. Ella, de 40 años, es invisible porque no existe ni para Estados Unidos ni para México, lamentó el actor.