Lunes 3 de noviembre de 2014, p. 13
La colocación de una ofrenda del movimiento YoSoy26, en alusión a los militares involucrados en los hechos de Tlatlaya, se convirtió en una reivindicación del papel de las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico, en la Plaza Cívica, a un costado del Campo Marte.
Sólo llegaron una decena de personas a colocar una cruz de flores en uno de los monumentos erigidos a los soldados fallecidos en la lucha contra el crimen organizado desde 2006 a la fecha. Una larga lista de militares revela el perfil de las políticas seguidas, pues si en 2006 sólo se reportaba un deceso, en 2010 y 2011, los años más álgidos de la militarización del combate al narcotráfico, en el sexenio de Felipe Calderón, las bajas se cuentan por decenas.
Ninguno de los presentes se identificó como familiar de alguno de los militares relacionados en la ejecución de Tlatlaya. Sólo dijeron pertenecer a la Organización Humanos por el Progreso Social, que pugna por reivindicar el papel de las fuerzas armadas en la lucha contra el narcotráfico: estaríamos peor si no estuvieran ellos
, dijo Ana Luisa Zavala, presidenta de esa organización.
Néstor González, quien aseguró venir desde Tamaulipas sólo para colocar la ofrenda, aseguró que la presencia militar en su entidad logró, en la administración calderonista, reducir la presencia del cártel del Golfo y de Los Zetas. A diferencia del actual sexenio, pues se ha reducido el despliegue militar en la entidad y han repuntado delitos como el secuestro.
Dijo que es inconcebible que actualmente se reviertan los papeles y se condene a las fuerzas armadas por su actuación en la lucha contra el narcotráfico y se reivindique a los delincuentes
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