Moisés Aldape se bajó del sillín con amargura, decidido a olvidar ese deporte que lo había llevado a participar en las carreras de mayor prestigio del mundo, el Giro de Italia y los Juegos Olímpicos de Pekín 2008. El ciclismo le había regalado episodios gloriosos y también lo había frustrado.

De un día a otro se esfumó la posibilidad de mantenerse en el circuito de competencias internacionales, lo que se tradujo en perder los ingresos económicos que se obtienen por patrocinios y sólo le quedó la opción de regresar a México. Sin el sistema de patrocinios del que vive el ciclismo internacional, los ingresos eran magros y la urgencia económica por mantener a la familia cada vez más punzante.

Los ingresos que tenía me permitían vivir tranquilamente, cuando los perdí tuve que buscar otras salidas y ya no podía dedicarme al ciclismo, así que me decepcioné, recuerda Aldape.

En agosto de 2010 se despidió, pensaba que para siempre, del deporte. Se deshizo de bicis, cascos, uniformes.

No volví a montar en bici ni para los mandados, dice Aldape desde León, donde vive con su familia. Me dediqué desde entonces a trabajar en el rancho con mi padre para poder mantener a mi familia.

En esos tres años sentía nostalgia por las rutas, las competencias y los esfuerzos, pero cuenta que su personalidad reservada le permitió ocultar esos sentimientos.

Borró episodios trascendentales, como cuando fue líder de montaña en el Giro de Italia en 2006, el esprint para finalizar en el Mundial de 2006 y la malograda participación en los Juego Olímpicos de Pekín.

El año pasado no pudo con la nostalgia y volvió al sillín, pero sólo para andar en la bola como veterano, relata Aldape. Pero cuando descubrió que aún tenía condición buscó competir y consiguió algunas victorias.

Vi que podía ganar y sin entrenar, así que empecé a prepararme como antes y así gané la segunda etapa de la Vuelta a Tamaulipas, recuerda.

Volvió a la ruta con el entusiasmo renovado y el domingo alcanzó el sitio más alto del podio en la octava Carrera Ciclista Office Max 2014.

Aquí compitieron los mejores ciclistas de México, algunos de los que se preparan para los Juegos Centroamericanos y para la Copa del Mundo, dijo orgulloso después de ser premiado.

Luego de tres años de retiro subir a un podio fue algo increíble, dice Aldape. Sobre todo porque pensé que ya no regresaría al ciclismo y menos volver a tener nivel competitivo.

Aldape hace nuevos planes para su nueva etapa como ciclista y 2015 presenta buenas opciones. Tiene la mirada puesta en la Vuelta México, pero no teje ilusiones ingenuas.

Está convencido de que el ciclismo mexicano no despegará porque necesita de un sistema de patrocinios, pero en este país los que invierten en deporte sólo tienen ojos para el futbol.

Los patrocinadores sólo voltean a otros deportes cuando se aproximan los Juegos Olímpicos, y cuando pierden los atletas vienen las críticas, lamenta. Un equipo de ciclistas cuesta un porcentaje mínimo de lo que necesita uno de futbol, pero eso no interesa a los que invierten en deporte.

A pesar del panorama, Aldape piensa seguir en la ruta. Con una victoria el domingo y un calendario de carreras en puerta, no piensa bajarse del sillín.