Arte efímero en la Plaza de la Constitución: cinco grafitis monumentales, emplazados cerca del asta bandera, se han vuelto los preferidos para fotografiarse.

El conjunto artístico es parte del programa de la edición 14 de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo.

Lo que tal vez no saben los jóvenes oficinistas y estudiantes que posan ahí, es que las piezas forman parte de un festival grafitero que se realiza en el Centro Histórico, cuyo corredor se extiende a varios puntos, como el Museo de la Ciudad de México, las calles Regina y San Jerónimo, la estación Garibaldi del Metro y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, en el plantel ubicado en Fray Servando Teresa de Mier.

Tampoco saben que ese festival es un brazo del proyecto internacional Meeting of styles (Reunión de estilos), creado hace 12 años. En México se realiza desde hace 11 años y desde 2013 está a cargo de Roberto Granados (DF, 1985).

Entrevistado por La Jornada, el también artista grafitero expresa que el festival reúne a creadores locales, de otros estados y países, en aras de un intercambio multicultural, así como acercar a los habitantes de la ciudad, los medios, patrocinadores y gobiernos para que se involucren con este movimiento.

Otro objetivo, dice Granados, consiste en recuperar espacios grises. Ejemplifica con un respiradero dentro de la estación Garibaldi del Metro que, de zona gris inservible, ahora es de mucho colorido y llama la atención de los usuarios.

Antes de realizar el festival de la ciudad de México, se habían hecho dos, en Monterrey y Guadalajara. La actividad del Meeting of styles en México ha crecido tanto que el alemán Manuel Gerullis, responsable internacional del encuentro, viajó al país para atestiguarla.

En Monterrey, 40 personas pintaron en la estación Cuauhtémoc del Metro, mientras en Guadalajara 200 interesados trabajaron en Periférico Norte, Manuel Gómez Morín y el cruce con Calzada Independencia, un área de mil 400 metros.

En la ciudad de México el proyecto cuenta con la ayuda del Fideicomiso del Centro Histórico, que les facilitó contactos para presentarlo, por ejemplo, a la Secretaría de Cultura del Gobierno del Distrito Federal.

Pero, ¿quiénes son los artistas que participan en estos festivales? “Somos una red. En todos los países conocemos a personas que conocen a más personas, todo se va tejiendo. Como el festival de México es muy fuerte, todo Sudamérica se entera y quiere venir, entonces mandan una especie de portafolio para revisión y luego se les envía una carta de invitación.

Los mismos artistas gestionan su vuelo. Con los de Europa pasa lo mismo, pero a la mera hora sólo vinieron siete grafiteros europeos a los tres festivales.

En las piezas del Zócalo participaron los brasileños Does, Inke/Zeferina y Nina/Paula Plim; Felipe Pantone, de España, cuyo grafiti contó con la intervención de su compatriota Okuda, y Diego Zelaya (México). Trabajaron con aerosoles y pintura vinílica.

Meeting of styles está abierto al grafiti, al esténcil y al arte callejero. No podemos delimitarnos en algo, porque nosotros mismos nos cerramos puertas, apunta Granados. Tampoco imponen temas.

Consciente de que el grafiti suele ser visto como una manifestación agresiva, de protesta, el festival los manejan como obras más elaboradas.

Roberto Granados reconoce que algunas veces hemos dado entrada a personas que trabajan de forma irregular, esas cosas que sólo son de dos colores. Los incluimos porque como les gusta hacer grafiti y a nosotros también, es lo mismo. Tenemos que darles la oportunidad de estar involucrados en el mismo acto, porque al fin y al cabo es un estilo más. Las personas que dicen que no les gusta, creo que no han conocido el otro lado. El festival es como el otro lado de hacer grafiti.

En cuanto termine la Feria Internacional del Libro en el Zócalo, la idea es que los cinco grafitis monumentales se expongan en la red de Fábricas de Artes y Oficios (Faros).