Senadores del PRD consideraron que no es necesario que el gobernador de Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero, se separe del cargo para esclarecer la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa. La renuncia o destitución del mandatario estatal no sólo no resuelve el problema, sino que abonaría a la inestabilidad política en la entidad.

El senador Alejandro Encinas destacó que la renuncia de Aguirre Rivero “tal vez ayudaría a quitarle presión por la desaparición de los estudiantes, pero no resolvería la exigencia de justicia.

Lo importante es que los estudiantes aparezcan con vida y se castigue a los autores materiales e intelectuales, e incluso a las autoridades de todos los órdenes de gobierno que por omisión facilitaron y permitieron estos hechos de terror, indicó.

La senadora Angélica de la Peña aseveró que hasta el momento no hay indicio alguno que involucre directa o indirectamente a Aguirre Rivero con las desapariciones, ni mucho menos que demuestre algún nexo con el alcalde con licencia de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, a quienes se vincula con el crimen organizado.

El coordinador de la fracción panista, Jorge Luis Preciado, destacó que se debe analizar si la renuncia resuelve el problema de fondo o lo agrava. Es complicado, porque además Aguirre Rivero termina en un año su mandato.