El general secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, aseveró ayer que las tropas que no respeten los derechos humanos en el desarrollo de su labor serán puestas a disposición de las autoridades competentes.

En el contexto de las acusaciones hechas en contra de elementos del Ejército Mexicano por el presunto ajusticiamiento de 22 jóvenes en el municipio mexiquense de Tlatlaya –ocurrido el pasado 30 de junio–, difundidas ampliamente tanto en medios nacionales como internacionales, el general Cienfuegos dijo, sin referirse concretamente a esos hechos: ‘‘Nuestro compromiso es y será, a pesar de los riesgos a los que se ven expuestas las tropas, proteger a la sociedad a la que nos debemos, respetando irrestrictamente los derechos fundamentales’’.

Al clausurar los trabajos del seminario denominado La Defensa Nacional del Estado mexicano, el divisionario subrayó que cualquier conducta que se aleje del respeto a los derechos humanos ‘‘habremos de llevarla a las instancias jurídicas correspondientes, para que sean ellas las que determinen lo conducente’’.

Hace unos días, la Secretaría de la Defensa Nacional sostuvo a través de un comunicado de prensa que la muerte de los 22 jóvenes en Tlatlaya fue producto de un enfrentamiento entre militares y presuntos delincuentes ocurrido el pasado 30 de junio.

Asistencia imprevista

La presencia del titular de Sedena no estaba prevista en el programa oficial del seminario, mismo que se llevó a cabo durante tres días en la sede de la Universidad Anáhuac, así como tampoco la del almirante secretario de Marina, Vidal Francisco Soberón Sanz, ni del gobernador del estado de México, Eruviel Ávila Villegas.

Una vez que dio un breve mensaje sobre el compromiso del Ejército Mexicano en el respeto a los derechos fundamentales y de consignar ante las autoridades correspondientes (en el caso de Tlatlaya, civiles) a quienes violen la ley, Cienfuegos Zepeda se refirió a otros temas.

Señaló que anteriormente el papel preponderante de las fuerzas armadas estaba claramente definido: ser instrumento disuasión o de acción para evitar la guerra. A través del tiempo, dijo el militar, esta función ha evolucionado y se ha diversificado, adecuándose a las necesidades de cada pueblo para confrontar amenazas nuevas y desafíos no necesariamente militares.

En ese contexto, agregó Cienfuegos, el Ejército, Armada y Fuerza Aérea mexicanos se han sumado a esta dinámica. ‘‘De conformidad con las misiones que les establecen sus leyes y reglamentos adaptan sus capacidades para destinarlas, independientemente de sus misiones orgánicas prioritarias de defensa nacional y seguridad interior, al cumplimiento de tareas de carácter social, como el asilo a las personas en casos de desastres, la Cruzada Nacional contra el Hambre y la labor social en comunidades vulnerables, por citar solo algunas’’.

Destacó también el apoyo a las autoridades civiles en operaciones para reducir la violencia en el país, ‘‘conforme a las instrucciones de nuestro comandante supremo, el Presidente de la República, el tiempo que sea necesario, el tiempo que la sociedad lo requiera, bajo cualquier circunstancia y en toda la geografía nacional’’.