El pintor busca garantizar la continuidad el quehacer social y académico de ambos recintos
Una de las condiciones es que la colección de gráfica José F. Gómez, de más de 20 mil piezas, no se disperse y que tenga más difusión
Quiero dejar todo en orden, expresa a La Jornada
Viernes 19 de septiembre de 2014, p. 3
San Agustín Etla, Oax.
El pintor Francisco Toledo (Juchitán, 1940) confirmó a La Jornada que mantiene pláticas con las autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), quienes siempre nos han apoyado
, para que se hagan cargo del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (Iago) y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, dos de sus proyectos más entrañables.
Sobre todo, busca garantizar la continuidad del quehacer social y académico de ambos espacios, pues ya no puedo con todo
, dijo.
Explicó que personalmente se encarga de los detalles de esa suerte de traspaso: Quiero dejar todo en orden, para que cuando yo ya no esté no haya caos y malos entendidos; son más 25 años de trabajo ahí
. Todavía no hay fecha para la firma del convenio, pero se trabaja ya en el proceso.
Una de las condiciones será que no se disperse y que tenga más difusión la colección de gráfica José F. Gómez, una de las más importantes a escala mundial, que cuenta con más de 20 mil piezas de autores como Alberto Durero, Pablo Picasso, Joan Miró, Eduardo Chillida, Antonio Saura, Salvador Dalí, Francisco de Goya, Antoni Tàpies y gráfica novohispana, entre otras, así como gran cantidad de placas originales del Taller de Gráfica Popular y trabajos de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla.
El acervo fue concebido por Toledo hace casi 30 años como un patrimonio que debe permanecer en México, capaz de brindar educación visual a las personas que no pueden viajar a museos del extranjero.
Las primeras obras adquiridas fueron las del pintor James Ensor (1860-1949); siguieron grandes piezas, entre ellas, del maestro renacentista Durero (1471-1528), las cuales datan de mediados del siglo XVI. Además de ser las más antiguas de la colección, son las favoritas de Toledo.
También se cuenta con un fondo reservado de libros, entre ellos un excepcional ejemplar de El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, de alrededor de 1780.
Las obras son verificadas e inventariadas en Oaxaca por trabajadores del INBA. No se tiene prevista una fecha para concluir esta labor.
La vasta colección, aún bajo resguardo del Iago, inició con adquisiciones personales del pintor, pero fue tomando forma mediante diversos intercambios con colegas que invitaba a Oaxaca a exponer y quienes al enterarse de la iniciativa de Toledo decidieron participar, como Pierre Alechinsky (Bruselas, 1927), pintor belga y fundador del grupo CoBrA, quien le donó 80 piezas de litografía a principios de este milenio.
En general, el estado de todas las obras, ya sea gráfica, litografía, textos, pinturas y esculturas, es excelente, sólo un reducido número requeriría de una atención especial ya que Toledo es muy meticuloso en la conservación de las piezas.
Por lo mismo, en el Iago es urgente también que se realicen obras en su infraestructura, sobre todo de impermeabilización general y cambio total del techo de una de las salas, que presenta goteras, donde también se resguarda una importante y vasta biblioteca de arte, siempre a disposición del público.
Bomba cultural, suave y dulce
El Iago abrió sus puertas el 28 de noviembre de 1988. Instalado en una casona del siglo XVIII, que Toledo habitó durante 10 años, también funge como centro de investigación y promoción del arte.
En un principio sólo contaba con un anaquel y cuatro libros en un cuarto de tres por dos metros. Hoy existen más de 70 mil ejemplares y sigue creciendo gracias a la devoción del pintor, quien personalmente provee e incrementa la colección mediante intercambio con galerías a las que da dibujos o grabados a cambio de libros. También realiza encargos a sus amigos de otros países y revisa catálogos de museos para solicitar los volúmenes por Internet.
Más adelante, añade, se conocerán los detalles acerca de las características que tendrá la presencia del INBA en el Iago, al que considera una bomba cultural, suave y dulce
, así como en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, siempre lleno de jóvenes, donde no cesan de impartirse talleres, hacerse revisiones de portafolios o montarse exposiciones.
Por ejemplo, el pasado 6 de noviembre, luego de impartir un curso, el fotoperiodista Germán Canseco presentó al público su material acerca de los picaderos de Tijuana, crudas escenas de una juventud sumida en las drogas. Al maestro Toledo le interesa exhibirla en varias comunidades oaxaqueñas para que quienes tienen la idea de migrar conozcan los riesgos de la frontera norte.