El libro El tiempo: la dimensión olvidada en los estudios de pobreza y bienestar, de la investigadora Araceli Damián, plantea enfoques novedosos e interesantes en torno al uso del tiempo y el género, la edad, el cuidado de menores, personas mayores y con capacidades diferentes, así como la creación de políticas públicas al respecto. Eso expresaron especialistas durante la presentación del volumen, el martes, en El Colegio de México (Colmex).

Ahí, la autora afirmó que una de sus principales preocupaciones son las políticas públicas: cómo contribuir a concientizar a los responsables de qué enfrentan los hogares para vivir medianamente y cómo no nos preocupamos desde ese ámbito por generar el tiempo. No entendemos que parte de la política social debería estar encaminada a crear el tiempo de las personas para que puedan desarrollarse y florecer.

Durante su intervención, Elsie Mc Phail dijo que el libro de Damián, publicado por el Colmex, es una lectura obligada, necesaria e importante por la discusión teórica y metodológica que aporta sobre los diferentes enfoques de medición de la pobreza de tiempo y su evaluación crítica a los métodos bidimensionales ingreso-tiempo.

Además, llamó a tomar en cuenta temas como el análisis de encuestas de uso de tiempo, su mirada a la pobreza de tiempo individual, sus reflexiones sobre género, el tratamiento conceptual y cuantitativo del tema tiempo libre y sus propuestas sobre políticas públicas para incrementar el tiempo disponible.

Por el florecimiento humano

Antes, Mc Phail se refirió al segundo capítulo, en el que se aborda el concepto de tiempo libre y la categoría de florecimiento humano creada por Julio Boltvinik, que retoma en el último capítulo para aportar sus consideraciones a la luz de su obra, y propone un conjunto de políticas sociales encaminadas a incrementar el tiempo libre disponible y a conseguir el florecimiento humano

Otra aportación de Damián, continuó Mc Phail, demuestra que la tesis de que los hogares incrementan su oferta de trabajo en tiempos de crisis no se sostiene, ya que éstos tienen la capacidad de expandir su fuerza laboral únicamente en periodo de crecimiento económico.

También dijo que el estudio de las tecnologías de la información abre una veta de reflexión sobre las nuevas maneras de utilizar el tiempo como espacios para la comunicación horizontal, más democrática y menos sujeta a la verticalidad de los medios tradicionales que no permiten la retroalimentación. Y es que la penetración de Internet, celulares y redes sociales aumenta de manera considerable en los años recientes en México.

Pablo Yanes, jefe de la Unidad de Desarrollo Social de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)-México, afirmó: “El texto que hoy nos presenta Araceli Damián se coloca en la agenda no sólo para medir la pobreza, sino también en la discusión de cuáles son los derechos contemporáneos en una perspectiva de bienestar, realización y florecimiento, y cuál es el papel del tiempo en el diseño de políticas como una actividad específica y valiosa, no simplemente sucedánea de otras.

“Hay una serie de conclusiones que serán objeto de discusión. Me atrevo a decir algunas relacionadas con el tema de la pobreza de tiempo desde la perspectiva de género (…) el generacional, el del cuidado de menores, el del cuidado de personas mayores y el de discapacidad, que cada vez tienen mayor relevancia.”

Pobreza de tiempo

Luis Arizmendi, director de la revista Mundo Siglo XXI, mencionó que el libro es una contribución mexicana a la crítica de la economía de la pobreza del siglo XXI, incluida la pobreza de tiempo; una aportación de primer orden, para que sea parte de una política social, nacionalista y humanista en nuestro país.

Agregó que el capitalismo de esta centuria se ha hecho cínico y destruye “la equivalencia entre el valor de la fuerza de trabajo y el salario, entre la reproducción histórico-moral de reproducción social y el salario (…) las condiciones dignas de una nación para reproducirse.

Es una nueva forma de capitalismo que ya dijo adiós a las promesas de progreso. Está asumiendo que la generación de bienestar para todos fue una promesa del pasado y que ya no hace falta, pues de lo que se trata es de cómo vamos a controlar la multiplicación de los pobres.

Para finalizar, Araceli Damián agradeció los comentarios a su libro y aludió a algunos de los conceptos expresados durante la presentación. Hay muchas posibilidades de reflexión. Esa cuestión que señaló Elsie Mc Phail en términos de la fenomenología del relajo o el derecho a la pereza que efectivamente no toqué lo suficiente. La cuestión de la introducción de las nuevas tecnologías me encontró a la mitad del camino y con muy poca información.

Además, mencionó que las cuestiones de desigualdad social, capitalismo cínico y desgaste de la fuerza de trabajo me parecen importantes.

En el acto, moderado por la investigadora Brígida García, también participó Gonzalo Rocha, caricaturista de La Jornada, autor de la ilustración de la portada del libro El tiempo: la dimensión olvidada en los estudios de pobreza y bienestar.