El astrónomo también considera importante que los cuadros académicos sean renovados
Urgente, modificar la ley de servidores públicos para facilitar la labor de los investigadores en las empresas, dice el próximo coordinador del organismo
Hay que reforzar vínculos con el Congreso
Miércoles 27 de agosto de 2014, p. 2
Convencido de que la colaboración intersectorial es indispensable para el crecimiento de la ciencia, la tecnología y la innovación (CTI) en México, el astrónomo José Franco López asegura que asumirá la coordinación del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCT) con una idea central: que ese organismo agrupe y conjunte las ideas de la academia y la iniciativa privada en beneficio del sistema científico del país.
El especialista del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y ex presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) –en entrevista con La Jornada– plantea que una de las claves para lograr mayor colaboración entre académicos y empresas será modificar la ley de servidores públicos.
Franco, quien el próximo jueves tomará protesta como coordinador de esta instancia, también apunta en la urgencia de trabajar de manera conjunta para alcanzar una renovación de los cuadros académicos a partir de iniciativas que motiven jubilaciones dignas para los investigadores, definir nichos de oportunidad para que la CTI mexicana pueda competir en el mercado global y contar con un mecanismo equivalente al Sistema Nacional de Investigadores (que sobre todo da estímulos económicos por la labor científica) para quienes se enfoquen en la innovación y generación de patentes.
Órgano autónomo
El FCCT es un órgano autónomo de análisis y consulta para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), con el propósito de coadyuvar con las actividades del Estado. Se creó en 2002 y su mesa directiva está formada por el coordinador general, la secretaría técnica, representantes de 17 instancias de los sectores académico (la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional, la AMC, entre otros) y privado (la Confederación Patronal de la República Mexicana, la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, y otras), así como por tres miembros del SNI, representantes de las ciencias sociales y humanidades, exactas o naturales e ingenierías.
–La mesa directiva del FCCT lo eligió como coordinador. ¿Cuál es su balance de lo que este organismo ha hecho?
–En primer lugar me siento muy honrado por el nombramiento. Y segundo, considero que el foro ha tomado relevancia desde su creación. En los dos recientes años de trabajo (en la gestión de Gabriela Dutrénit) se realizaron importantes estudios para generar políticas públicas para el sector, se estableció una relación importante con el Senado y la Cámara de Diputados, la cual debe seguir y reforzarse a fin de instrumentar elementos importantes para que la CTI pueda adquirir los niveles que el país requiere.
–¿Cuál será su proyecto de trabajo?
–Hasta el momento el FCCT se ha enfocado en construir elementos de apoyo para la construcción de políticas públicas, pero se han dejado de lado dos aspectos: los retos del sistema que son diferentes en las áreas de investigación, en las entidades y en el sector productivo. Se debe diseñar una agenda para analizar estos retos; y el segundo es identificar las oportunidades del país en los diferentes ámbitos de CTI, farmacología, alimentación, medicina, nuevas tecnologías, ciencias aeroespaciales, entre otras, para definir las prioridades y apostar a los desarrollos que más nos convengan.
El FCCT es un reservorio de talentos, hay representación de la academia y el empresariado; debemos funcionar como un espacio de expresión de ideas de las que salgan propuestas para el Ejecutivo y el Legislativo sobre las rutas en las que debe moverse el país. Conacyt ya presentó el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (Peciti) y para consolidar el sistema, que es su primer objetivo, hay que analizar qué tipo de centros de investigación y laboratorios se necesitan, en dónde hay que establecerlos, cuáles son las áreas en las que México podría competir en un futuro en un mercado global muy competitivo.
Foros conjuntos
–Ya tenemos el Peciti y para este año el presupuesto del sector creció, confiando en llegar a uno por ciento del PIB para final del sexenio. ¿Qué sigue?
–Algo fundamental será generar una fuerte vinculación entre académicos y empresas. El Legislativo ha hecho llamados para realizar foros conjuntos para iniciar ese camino. Pero uno de los puntos más urgentes es modificar la legislación de servidores públicos, para permitir a los investigadores adscritos a universidades, centros o institutos de investigación participar simultáneamente en proyectos con las empresas, que obtengan contratos de tiempo parcial en el sector productivo, limitante que hoy existe.
Un objetivo central es aumentar en un factor de cinco nuestro ejército de investigadores (hoy hay 23 mil miembros del SNI) y para ello necesitamos vincularnos con el sector productivo. Hay que encontrar la forma para tender puentes.
–¿Cómo generar acuerdos y consensos?
–Hay que trabajar todos juntos: el Conacyt, la Coordinación de CTI de la Presidencia de la República, el Legislativo y las instancias académicas y empresariales. Uno de los primeros pasos fue el documento titulado Hacia una agenda de CTI, iniciativa convocada por el rector de la UNAM, José Narro, y que fue suscrito por más de 60 organismos entre empresariales, universidades y centros de investigación. Hoy el Peciti tiene un consenso de gobierno, sector productivo y academia. Es en esa dirección a la que debemos apuntar: a la colaboración.