Moisés Calderón renunció a la dirección; trabajadores denuncian hostigamiento
Sábado 23 de agosto de 2014, p. 34
Luego de más de tres años de denuncias de irregularidades en el manejo de los recursos económicos en el Hospital de Cardiología del Centro Médico Nacional Siglo XXI del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), las autoridades finalmente lograron documentar la presunta responsabilidad del director del nosocomio, Moisés Calderón Abbo, por faltantes de alrededor de 70 millones de pesos.
El funcionario presentó su renuncia, y lo que, de acuerdo con la ley, debería seguir, es el inicio de los procedimientos correspondientes para deslindar responsabilidades y, en su caso, establecer las sanciones económicas, administrativas y penales a que haya lugar.
Sin embargo, entre los trabajadores del hospital circuló la versión de que con base en los resultados de las auditorías practicadas a la gestión de Calderón, el director del IMSS, José Antonio González Anaya, le solicitó al médico que presentara su renuncia en forma inmediata. Ayer, el instituto sólo confirmó la salida del funcionario .
Durante el tiempo que Calderón Abbo estuvo al frente del Hospital de Cardiología, los trabajadores denunciaron diversas anomalías, desde la carencia de insumos y medicamentos, hostigamiento laboral y despido de una veintena de empleados de confianza que se negaron a colaborar con el director.
Varios afectados interpusieron demandas laborales que ganaron por despido injustificado. De igual forma presentaron quejas ante el Órgano Interno de Control en las que señalaron la forma en que se desviaban los recursos del hospital o se hacían compras de productos que no ingresaban al nosocomio.
En otros casos, proveedores denunciaron al funcionario y a su equipo de colaboradores porque prestaron servicios que el hospital no reconoció y por lo tanto, no pagó.
Hasta el año pasado, sólo una denuncia había prosperado. La investigación 416/2012 del órgano interno de control documentó anomalías en la adquisición de seis computadoras y determinó el cese, inhabilitación y destitución de Mario Martínez García, quien se desempeñaba como director administrativo del hospital. El órgano lo encontró responsable de cohecho y extorsión.
Más recientemente, trabajadores de la unidad médica decidieron realizar protestas públicas y exigir respuesta de las autoridades. Sólo lograron que se iniciaran actas administrativas contra cinco trabajadores, a uno de los cuales, el enfermero Rafael Soto, le rescindieron el contrato.