Se incrementa si hay hipertensión o diabetes: experto
Sábado 23 de agosto de 2014, p. 33
Tener más de 60 años de edad es el principal factor de riesgo para que un paciente sufra un evento vascular cerebral (EVC) y más si también vive con hipertensión arterial, diabetes o alguna otra alteración metabólica, advirtió Antonio Arauz Góngora, ex presidente de la Asociación Mexicana de Enfermedad Vascular Cerebral.
En vísperas del Día del Adulto Mayor (28 de agosto), el especialista explicó que con la edad se deteriora la función eléctrica del corazón y se altera su ritmo, lo cual favorece a su vez la formación de coágulos.
El problema mayor surge cuando dichos coágulos viajan por las arterias, generalmente hacia el cerebro, y obstruyen el flujo sanguíneo. Cuando esto ocurre, según la zona del sistema nervioso central de que se trate, los individuos pueden presentar afectaciones diversas, algunas tan graves como pérdida de la vida o discapacidad severa.
En entrevista, el especialista en neurología vascular comentó que en las personas que sobreviven al EVC, lo más frecuente es la obstrucción de la irrigación sanguínea en la arteria cerebral media, de la cual dependen la movilidad física y el lenguaje, en el hemisferio izquierdo.
No es posible predecir cómo será el evento, pero sí identificarlo por algunos síntomas como disminución de la fuerza (que se presenta en 40 por ciento de los casos) y alteraciones en el habla o la capacidad de comprensión. En ocasiones estas manifestaciones son transitorias y los afectados deben acudir con el médico.
También se le puede identificar por alteraciones en el pulso cardiaco e incremento en el número de latidos por minuto. Arauz explicó que estos datos suelen pasar inadvertidos para los pacientes.
Cuando el infarto cerebral ya está en evolución, explicó, los individuos pueden presentar parálisis facial y/o de un lado del cuerpo (brazo y pierna).
La falta de información, incluso entre personal de salud, hace que no se preste atención y los enfermos llegan a los hospitales en condiciones críticas. Aún así, indicó, la atención médica correcta en las primeras horas posteriores al EVC favorece la recuperación.
De entrada, se requiere con urgencia la realización de un estudio de imagen (tomografía) para determinar el tipo de EVC, la zona del cerebro dañada y, en función de eso, establecer el tratamiento farmacológico necesario.
Los EVC se encuentran entre las principales causas de muerte en México y el mundo. Una tercera parte de los enfermos, alrededor de 30 mil, pierden la vida por esta causa. Otra fracción similar sobrevive con discapacidad grave y el otro tercio reporta secuelas leves.
Arauz Góngora destacó que los EVC son la principal causa de discapacidad entre los individuos mayores de 60 años. De ahí la importancia de difundir la información sobre el padecimiento, los síntomas y la atención clínica que puede ofrecerse a los afectados, indicó.
También resaltó que además de la edad, influye la presencia de otros males, principalmente hipertensión, diabetes, obesidad, colesterol elevado, tabaquismo y el consumo nocivo de alcohol. El riesgo de un EVC se incrementa de manera sensible, incluso en individuos menores de 60 años, apuntó.