El peor de los indicadores se refiere a la enseñanza que recibe la población
Miércoles 20 de agosto de 2014, p. 12
En México, derechos humanos como salud, educación y seguridad social no están del todo garantizados para los ciudadanos, pues presentan rezagos en su aplicación y accesibilidad.
Así lo revela una serie de indicadores elaborados por el Programa Universitario de Derechos Humanos (PUDH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y organizaciones de la sociedad civil, que fueron presentados ayer dentro del segundo ciclo de conferencias Los derechos humanos hoy.
Laura Elisa Pérez, integrante del PUDH, informó que en breve México tendrá que entregar un informe referente a salud, seguridad social y educación.
Las conclusiones muestran que en materia de salud México tiene palomita
al haber ratificado prácticamente todos los tratados internacionales en la materia. Sin embargo, hay varios déficits sobre todo en la cobertura, pues sólo 42 por ciento de la población tiene acceso a servicios de amplio espectro.
Inclusive, agregó la especialista, si se incluye a los beneficiados por el Seguro Popular –que tiene limitantes, ya que sólo incluye algunos gastos catastróficos y 609 medicamentos, lo que corresponde a 10 por ciento del total de las enfermedades– la cobertura se acerca a 70 por ciento; sin embargo, ese porcentaje en zonas rurales es de sólo 18 puntos.
Otro de los rezagos para garantizar este derecho es que el presupuesto 2010 para el sector fue de 3.09 del producto interno bruto, lo que ubica a México en un rango 50 por ciento por debajo de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
En cuanto a la seguridad social, Pérez indicó que este derecho va más allá de pensiones y jubilaciones, pues se trata de calidad de vida para las personas. Apuntó que de los 3.6 millones de pensionados, 72 por ciento recibe un monto mensual inferior a los dos salarios mínimos, lo que no garantiza su supervivencia digna.
En México, además, los niveles de empleo informal son elevados, pues únicamente 19 por ciento de la población económicamente activa cotiza en algún sistema de seguridad social. Aunado a ello se deben recordar las prácticas de ocupaciones no remuneradas, como los quehaceres domésticos y el cuidado de algún familiar, donde hay una inequidad por género, pues las mujeres destinan alrededor de 30 horas semanales a esas actividades, mientras que los hombres sólo 11.
Educación es el peor indicador, pues 33.6 millones de mexicanos no concluyeron la educación básica, de ellos, 5.4 millones son analfabetos. El promedio de escolaridad en México es de 8.8 años, es decir, menor a los 9 años de la formación básica, en tanto que las tasas de cobertura en secundaria son de poco más de 76 por ciento y en bachillerato de casi 60 por ciento.
Frente a ello, la académica universitaria planteó la necesidad de emprender políticas públicas para revertir estos rezagos y poner énfasis en los indicadores para garantizar el cumplimiento de estos derechos.