El tema de la migración y las miradas encontradas a partir de este fenómeno quedan plasmadas en el documental Purgatorio: viaje al corazón de la frontera, dirigido por Rodrigo Reyes, el cual se estrenó el pasado jueves en la Cineteca Nacional.

En este trabajo, el realizador se vale de un universo de pequeñas historias para mostrar la realidad caótica de la frontera entre México y Estados Unidos, imágenes impresionantes que transportan al espectador hasta el alma misma de la cotidianidad en la franja fronteriza.

La idea, comparte el cineasta, era crear un poema documental, un viaje al corazón de la frontera, a las emociones que se viven ahí, retratarlas para que florezcan en el público de ambos países, dijo en entrevista con La Jornada.

Además, Rodrigo Reyes consideró que “el tema de la migración se ha tratado mucho, pero hay partes que nunca se tocan, casi siempre lo que importa es hacer política y denunciar el problema. En Purgatorio se revelan las carencias de los dos países, sus problemas; quería separarme de justificaciones políticas, porque éstas se derrumban rápidamente, entonces me fui por el lado de reflejar la intensidad con que se vive, el sufrimiento y la destrucción que existe en ambos lados de la línea”.

Beneficios de un sistema roto

Rodrigo Reyes reveló que hizo este trabajo porque conoce bien la frontera: “Desde los seis años vivo entre los dos países, entre las dos culturas: mi papá, que era maestro, nos llevó a vivir a un pueblo fronterizo en Estados Unidos, donde era muy difícil ser mexicano; con el tiempo me fui dando cuenta de que los problemas que existen en la frontera aquejan a los dos países. Tener un sistema roto, un sistema de desigualdad que genera ese éxodo de mexicanos a Estados Unidos, beneficia al status quo en México, porque su gobierno no tiene que darles todos los servicios, como educación, salud y fuentes de trabajo; para Estados Unidos es lo mismo. Por ejemplo, yo vivo en Merced, un poblado de California, uno de los núcleos de la megaagricultura en ese país, donde el sistema te castiga, si intentas seguir las reglas, si alguien quiere sacar su visado de trabajador temporal es muy difícil y les ponen muchas trabas; pero si se van de mojados, sin ninguna seguridad laboral, ni nada, de todas formas se obtiene trabajo. Ambos países se benefician del problema migratorio al no contar con un sistema equitativo”.

El documental tuvo su estreno internacional en marzo de 2013 en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara; durante el año fue seleccionado para participar en cerca de 40 festivales nacionales e internacionales. Ha recibido premios del jurado en elFestival de Cine de Nueva Orleans, en This Human World en Viena, en el Festival Latino de San Diego y el Premio Michael Moore al mejor documental en el Festival Ann Arbor, entre otros.

Acerca de la selección de los testimonios y la manufactura del documental, Reyes comentó: “El viaje se hizo en carretera como road movie; éramos tres: sonidista, cámara y yo. Ya tenía la idea bien discutida con el camarógrafo y nos fuimos topando con todos los personajes que aparecen en el documental en ambos lados de la frontera; lo único curioso es que del lado de México no tuvimos que tramitar ningún permiso para filmar o llamar a la gente y en Estados Unidos lo hicimos hasta con dos semanas de anticipación”.

En busca del azoro

Para continuar con el hilo de su explicación, el cineasta agregó: “En realidad al inicio no sabía si había una película o no, nos dejamos sorprender todo el tiempo, pero a la vez tenía una especie de guión con el tipo de personajes que quería, como una especie de Los cuentos de Canterbury: caminar para encontrarte con los personajes, pero no sabía si en la realidad iba a funcionar. Quería un doctor fronterizo o un minuteman, pero nos topamos con un cazamigrantes que los ubica mediante la basura que van dejando en el desierto, jamás pensé que ese tipo de personas existiera. Dejamos que la frontera nos sorprendiera, porque es un lugar totalmente surrealista”.

Reyes también reveló que en esta incursión en la frontera le sirvió su trabajo de intérprete que realiza en un juzgado penal en California, eso le ha permitido familiarizarse con sinnúmero de situaciones que protagonizan los inmigrantes en la frontera: Las historias no me eran ajenas porque de alguna manera las había conocido en el juzgado. Siento que cuando te enfrentas a una situación que jamás has visto reaccionas de forma sensacionalista, pero ya había practicado y estaba listo. Lo que me sorprendió fue el paisaje tan duro, como el muro fronterizo en Mexicali, con las púas asomándose de las dunas, es tan duro y hermoso al mismo tiempo, se fotografía de manera tan importante... esa dualidad fue muy impresionante para mí, algo tan hermoso como atroz.

En el Distrito Federal, Purgatorio: viaje al corazón de la frontera, se puede ver en la Cineteca Nacional hasta el 20 de agosto; en La Casa del Cine del 19 al 24 y del 26 al 31 de agosto; y en Cinemanía Plaza Loreto del 29 de agosto al 11 de septiembre. Asimismo, contará con proyecciones en Cine Tonalá del 2 al 6 de septiembre; en la Sala Julio Bracho, del Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México, del 10 al 14 de septiembre; en la Casa del Lago el 20 y 21 de septiembre, y cerrará en el Cinematógrafo del Chopo con proyecciones del 25 al 30 del mismo mes.

Después de su periplo por la ciudad de México Purgatorio tendrá una ruta de exhibición independiente por 28 ciudades del país, en alrededor de 150 espacios en cinetecas estatales, independientes y cineclubes.