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En el Parque Bicentenario, en Azcapotzalco, la orquesta culmina su gira 23 nacional

La Osim tuvo encuentros inimaginables con públicos y culturas diversos

Los músicos de la sinfónica infantil y juvenil intercambiaron vivencias con sus pares indígenas de Nurío

El programa incluye Danzón 7 y Alas (a Malala), de Arturo Márquez

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Aspectos de la convivencia académica y artística entre los atrilistas de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México y los integrantes de la agrupación musical y coral comunitaria de Nurío, municipio de Paracho, Michoacán, realizada en el escuela primaria bilingüe Benito Juárez de esa población, donde intercambiaron inquietudes y experienciasFoto Yazmín Ortega Cortés
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Aspectos de la convivencia académica y artística en el municipio de Paracho, Michoacán, realizada en el escuela primaria bilingüe Benito Juárez de esa población.Foto Yazmín Ortega Cortés
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Aspectos de la convivencia académica y artística en el municipio de Paracho, Michoacán, realizada en el escuela primaria bilingüe Benito Juárez de esa población.Foto Yazmín Ortega Cortés
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Aspectos de la convivencia académica y artística en el municipio de Paracho, Michoacán, realizada en el escuela primaria bilingüe Benito Juárez de esa población.Foto Yazmín Ortega Cortés
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Aspectos de la convivencia académica y artística en el municipio de Paracho, Michoacán, realizada en el escuela primaria bilingüe Benito Juárez de esa población.Foto Yazmín Ortega Cortés
Enviado
Periódico La Jornada
Sábado 9 de agosto de 2014, p. 5

Uruapan, Mich., 8 de agosto.

Seis días de presentaciones continuas en igual número de puntos de la República, miles de kilómetros recorridos en autobús, encuentros inimaginables con públicos y culturas diversos, muchas horas de ensayo y música, de emociones, aventuras, anécdotas y alegrías…

Tal es el saldo con el que la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México (Osim) concluye este sábado en el Distrito Federal su 23 gira nacional.

Acompañada por el Coro Infantil de la República (CIR), la sinfónica actuará, a las 18 horas, en el auditorio al aire libre del Parque Bicentenario, ubicado en la ex Refinería 18 de Marzo, en la delegación Azcapotzalco.

El programa está integrado por La gran pascua rusa, de Nikolai Rimsky-Korsakov; Suite 2 de La Arlesiana, de Georges Bizet; Janitzio, de Silvestre Revueltas; Suite 2 de El sombrero de tres picos, de Manuel de Falla, así como el Danzón 7 y Alas (a Malala), de Arturo Márquez, con la dirección artística de Eduardo García Barrios.

Clímax, en Michoacán

El clímax del periplo de la Osim han sido las visitas que la novel agrupación realizó en días pasados a tres lugares de Michoacán, entidad con la que se encontraba en deuda luego de que el año pasado debió suspender de último momento los conciertos que tenía programados allí, debido a la violencia.

Primero la ciudad de Zamora; luego la comunidad de Nurío, en la meseta purépecha; y por último Apatzingán, en plena Tierra Caliente. Esos fueron los sitios a los que en el transcurso de esta semana llegó la entusiasta caravana integrada por los 160 incipientes artistas, acompañados por maestros, tutores y personal de apoyo técnico.

Fue en Nurío, sin embargo, donde los niños y jóvenes instrumentistas tuvieron su encuentro más significativo y, sin duda, imborrable de esta gira. Y es que la visita a este poblado indígena, enclavado en la Sierra Occidental michoacana, el miércoles pasado, no se limitó sólo a tocar el concierto e irse, como fue la tónica en las otras partes.

La dinámica en esa comunidad fue diferente, pues la sinfónica nacional infantil y juvenil tuvo oportunidad de reunirse y convivir desde muy temprana hora con la Orquesta y Coro Comunitario de Nurío, agrupamiento fundado en junio del año pasado y que a la fecha cuenta con 100 instrumentistas y 80 cantantes, de entre cinco y 27 años.

Fue un emotivo encuentro en el que los 160 músicos de la Osim, provenientes de diversos puntos de la República y cuyas edades fluctúan entre nueve y 17 años, compartieron experiencias personales en torno de la música, así como conocimientos sobre sus respectivos instrumentos con sus pares indígenas.

Aspectos tan básicos como la postura corporal, la manera correcta de tomar los instrumentos, emitir el aire o digitar fueron las enseñanzas impartidas a los incipientes artistas purépechas de cada una de las secciones orquestales.

Aunque no todo quedó allí, pues la convivencia sirvió para que los menores de uno y otro lado conocieran más sobre los lugares de origen, las costumbres y la cultura de sus interlocutores.

Como parte de la reunión, efectuada en la escuela primaria bilingüe Benito Juárez, los músicos de la Osim, divididos en ensambles, obsequiaron a sus anfitriones un breve recital, con el fin de motivarlos a profundizar en su aprendizaje y prácticas musicales, mostrándoles, de primera mano, lo que pueden llegar a hacer con base en la constancia y la disciplina.

Crearán 40 orquestas

La convivencia concluyó con una comida comunitaria, al término de la cual los noveles integrantes de la sinfónica nacional infantil y juvenil se desplazaron al Centro Histórico de la comunidad, ubicada en el municipio de Paracho, para realizar el ensayo previo al concierto que ofrecieron la tarde-noche de ese mismo miércoles.

La agrupación, dirigida por Eduardo García Barrios, invitó para la ocasión a 30 niños y jóvenes cantantes de los coros comunitarios Lomas del Paraíso e Imagina, de Guadalajara, Jalisco, y León, Guanajuato, de forma respectiva. Ellos se sumaron a los 40 niños del coro de Nurío, para formar el monumental ensamble vocal de 70 cantantes.

La Orquesta y Coro de Nurío es la primera de la fase inicial de 18 agrupaciones musicales comunitarias que el gobierno federal, mediante el Sistema Nacional de Fomento Musical del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), en coordinación con el gobierno del estado, creará en Michoacán como parte de una estrategia para combatir y prevenir la violencia y los delitos, así como para reconstruir el tejido social. El proyecto consiste en establecer en la entidad alrededor de 40 de esos conjuntos.