Yaundé, 27 de julio.

La esposa del viceprimer ministro de Camerún, Amadou Ali, fue secuestrada y al menos seis personas murieron en un ataque perpetrado este domingo por unos 200 rebeldes del grupo islámico Boko Haram en la residencia del mandatario en la ciudad norteña de Kolofata, informó el gobierno de este país ubicado en África occidental.

El líder religioso local Seini Boukar Lamine, que además es el alcalde de la ciudad, también fue secuestrado en una acción separada en esa ciudad cercana a la frontera con Nigeria, que se extiende a lo largo de más de dos mil kilómetros.

Al mismo tiempo, una bomba estalló durante la misa en una iglesia de Kano, en el norte de Nigeria, en el barrio cristiano de Sabon Gari, que ya ha sufrido ataques del grupo islamita armado Boko Haram, que en lengua hausa significa la educación occidental es inmoral. El atentado dejó cinco muertos y un número aún no determinado de heridos.

El ministro de Comunicación y vocero del gobierno de Camerún, Issa Tchiroma Bakary, dijo: “puedo confirmar que la casa del viceprimer ministro Amadou Ali en Kolofata ha sido objeto de un salvaje ataque por militantes de Boko Haram.

Desafortunadamente se llevaron a su mujer. También atacaron la residencia de Boukar y él también ha sido secuestrado, indicó el ministro Tchiroma, al agregar que al menos tres personas perecieron en el ataque del grupo islamita.

Ninguno de los reportes precisó cuál es el nombre de la esposa de Amadou Ali, viceprimer ministro encargado de las relaciones con el Parlamento.

Un comandante militar camerunés en la región declaró a Reuters que el viceprimer ministro, que estaba en casa para celebrar la festividad musulmana del Ramadán con su familia, fue llevado a una ciudad cercana por agentes de seguridad.

La situación es muy crítica, y mientras estoy hablando con usted hay miembros de Boko Haram que están todavía en la ciudad de Kolofata en un enfrentamiento con nuestros soldados, señaló el coronel Felix Nji Formekong, segundo comandante de la tercera región del ejército de Camerún, con sede regional en Maroua.

Boko Haram secuestró a muchas personas, entre ellas el sultán, la mujer del viceprimer ministro y varios gendarmes, indicó una fuente policial de la región, quien informó de la muerte de cuatro civiles y dos gendarmes.

En mayo, el presidente de Camerún, Paul Biya, declaró la guerra a Boko Haram y comenzó a lanzar operaciones para combatir el terrorismo en el norte.

Preocupación de la ONU

El ataque de este domingo es el tercero de Boko Haram en Camerún desde el viernes, cuando 14 presuntos milicianos de Boko Haram, encarcelados en la también norteña Maroua desde marzo pasado, fueron condenados a penas de prisión entre 10 y 20 años. Al menos cuatro soldados murieron en los ataques previos.

El gobierno de Camerún ha tenido una participación creciente en los esfuerzos regionales para combatir a Boko Haram, pese a las advertencias de esa milicia de que no se involucre en su enfrentamiento con las fuerzas armadas de Nigeria o será objeto de ataques.

La Oficina Regional de Naciones Unidas para África Central (Unoca) han expresado reiteradamente su preocupación por la amenaza que representa Boko Haram para la paz y seguridad en el continente.

El jefe de la Unoca, Abou Moussa, ha dicho que que ese grupo continúa aprovechándose de la porosidad fronteriza entre el noreste de Nigeria y los estados vecinos.

Creado en 2002, Boko Haram comenzó a operar en Nigeria en 2009 con el objetivo de establecer un Estado islámico. Desde mediados de 2013 centra sus ataques en agentes de seguridad y civiles tanto de fe cristiana como musulmana.

Nigeria es un país de mayoría musulmana en el norte y cristiana en el sur.

Apenas el pasado jueves cuatro naciones del occidente de África: Camerún, Chad, Níger y Nigeria acordaron formar una fuerza militar conjunta para combatir la creciente amenaza de Boko Haram, y señalaron que que cada país contribuirá con 700 soldados.

La organización de derechos humanos Human Rights Watch informó a mediados de este mes que dos mil 53 civiles han muerto en Nigeria este año en ataques de Boko Haram. Puntualizó que las muertes ocurrieron en alrededor de 95 ataques separados en más de 70 poblados y ciudades en el noreste del país.

El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, se ha visto bajo creciente presión para que ponga fin a la insurgencia y rescate a más de 200 estudiantes secuestradas hace tres meses en una escuela de la norteña localidad de Chibuk, aunque 53 de ellas consiguieron huir. Este secuestro ha sido condenado por la comunidad internacional y diversas personalidades del mundo, entre ellas Michelle Obama, esposa del presidente estadunidense Barack Obama, han exigido el retorno de las menores a sus casas.

El martes pasado Jonathan recibió a menores que lograron escapar, así como a padres de familia de menores que siguen en cautiverio, quienes lo criticaron por no hacer esfuerzos suficientes y lograr la liberación de las muchachas. Al cumplirse 100 días del secuestro, el gobernante pidió paciencia, comprensión y cooperación.