Los gobernadores demócratas de Illinois, Delaware y Oregon, así como otras autoridades de Wisconsin, comenzaron a recibir en sus estados a menores de edad que ingresaron de forma indocumentada a Estados Unidos, procedentes de Centroamérica, en lo que se ha calificado como crisis humana.

Abrumadas por los miles de niños y adolescentes que huyen de la violencia provocadas por pandillas en Honduras, El Salvador y Guatemala, las autoridades migratorias de Estados Unidos, solicitaron apoyo de varias comunidades para dar refugio temporal a los menores, mientras pueden ser acomodados con familiares o son deportados.

Illinois, preparado a ayudar

Algunos gobernadores se han opuesto, pero ha habido respuesta en otros, miembros del Partido Demócrata. Pat Quinn, de Illinois, declaró que ese estado está preparado para ayudar de cualquier forma que sea necesaria. Del primero de enero al 7 de julio, según reveló la Administración de Niños y Familias del Departamento de Salud y Servicios Humanos, 305 centromericanos fueron entregados a tutores en esa demarcación.

Sin embargo, la oficina del senador republicano Mark Kirk informó que según datos federales que recibió, otros 429 niños estaban, hasta el pasado 8 de julio, en albergues de Illinois.

Tenemos la responsabilidad de asegurarnos que todos los niños sean tratados con respeto, compasión y dignidad, afirmó el gobernador Quinn en un comunicado.

Por separado, el gobernador de Oregon, John Kitzhaber, quien dijo que este año fueron reubicados en su territorio 50 niños y que seguirá dando la bienvenida a otros menores que huyen de la violencia y la adversidad, mientras esperan que el Congreso cambie las políticas migratorias. Resaltó que los niños migrantes no deben convertirse en tema político.

El gobernador de Delaware, Kack Markell, reveló que 117 niños fueron colocados con familias, ya que a él y los legisladores se nos ha convocado a cuidar de los más pequeño de nuestros hermanos y hermanas.

Markell detalló en una carta que envió a líderes legislativos estatales que su gobierno está preparado para colaborar con organizaciones sociales para cubrir las necesidades básicas de los menores, que fueron colocados con familias, en casas de acogida, ya que el estado carece de instalaciones residenciales para niños.

Explicó que los pequeños migrantes podrán ir a escuelas públicas de Delaware, mientras esperan su proceso, pero advirtió que la administración de Barack Obama deberá convenir con los gobiernos estatales para cubrir el costo de los servicios públicos, la asistencia y el cuidado médico que reciben los niños.

En Nebraska, donde han llegado cerca de 200 menores, el superintendente de Escuelas Públicas de Lincoln, –capital del estado– Steve Joel, comentó que aprendió hace mucho tiempo que es mejor alejarse del debate sobre la inmigración y centrarse en las necesidades de los niños.