La crisis humanitaria de los miles de migrantes indocumentados que viajan hacia Estados Unidos, procedentes sobre todo de Centroamérica, tiene todos los elementos para ser considerada como un desplazamiento forzoso generado por la violencia, el cual amerita el reconocimiento de las víctimas como refugiados o asilados, consideraron especialistas en el tema.

Leticia Calderón, académica del Instituto Mora, subrayó que el actual fenómeno de los migrantes que se dirigen masivamente hacia Estados Unidos huyendo de la violencia es equivalente al éxodo de miles de guatemaltecos hacia México en los años 80, los argentinos o chilenos en la época de las respectivas dictaduras o el exilio español causado por la guerra civil.

Aunque en este momento la violencia no sea por motivos políticos o por acción directa del Estado, los gobiernos de México y Estados Unidos no se pueden zafar por eso y negarle a los migrantes la calidad de refugiados. Estamos frente a una circunstancia donde ningún país va a resolver solo el problema. Todos son responsables por omisión, incapacidad o por ser cómplices de una acción concertada, enfatizó.

Leticia Gutiérrez, directora de la organización Scalabrinianas, Misión para Migrantes y Refugiados, indicó que la presencia masiva de niños y niñas migrantes ya podía notarse desde el año pasado, y la principal causa de ello era que estaban huyendo de la violencia, sobre todo de las extorsiones y reclutamientos forzosos de las pandillas y otros grupos criminales.

No es sólo el hambre, que sin duda es fundamental, sino que también es un tema de violencia sistemática, y frente a ello hay una ausencia del Estado, de procuración de justicia, sobre todo en Honduras, que es de donde sale más gente, añadió.

Los migrantes tendrían que ser beneficiarios de refugio o de asilo. Yo considero que hace falta una acogida de puertas abiertas, donde se reciba a la gente en primer lugar por humanidad, y en segundo porque están enfrentando una crisis muy grave, alertó la religiosa.

Douglas S. Massey, profesor de la Universidad de Princeton, manifestó que legalizar a los migrantes indocumentados que llegan a territorio estadunidense sería la mejor medida que podría tomar la Casa Blanca para resolver esta tragedia de derechos humanos y la única política práctica, humana y razonable para su propio futuro.

Durante un seminario realizado en la Universidad Nacional Autónoma de México, el académico dijo que la migración está en una nueva era con la circulación de trabajadores que obtienen visas permanentes y temporales, lo que le permite a muchos de ellos trabajar por un tiempo y luego volver a sus países de origen.

Por su parte, Amnistía Internacional advirtió que las naciones involucradas no están protegiendo de manera adecuada a los menores no acompañados, por lo que los llamó a tomar medidas inmediatas para abordar esta crisis humanitaria, de acuerdo con sus obligaciones en el contexto del derecho internacional, y a no pasar por alto el hecho de que los niños están escapando de la violencia.