Nuevo Laredo, Tamps., 4 de julio.

Menores de entre 8 y 17 años de edad son detenidos antes de poder cruzar la frontera e internarse a Estados Unidos. En algunos casos se trata de mujeres adolescentes que viajan con sus hijos de apenas unos meses de nacidos.

Nervioso, Kevin, de 12 años, mira a todas partes. Sus manos se retuercen una y otra vez. Salió huyendo de El Salvador junto a su madre, después que trataban de obligarlo a integrarse a la más peligrosa de las pandillas, la Mara Salvatrucha (MS).

Integrantes de la MS, que nació en California, Estados Unidos, trataban de obligar a Kevin a ser parte de esa organización delictiva en la población de Usulután. Los maras amenazaron con eliminar a su familia, y a su madre le exigieron el pago de una cuota (renta, le llaman los salvadoreños).

No sé cómo me escapé y le dije a mi mamá, A ella querían obligarla a pagar renta, porque maneja dinero de la empresa donde trabaja. Salimos huyendo, íbamos para Houston, donde vive un tío, cuenta el pequeño migrante, en entrevista en el Centro de Atención a Menores Fronterizos del DIF de Nuevo Laredo. Dice tener miedo de regresar a su país.

En Nuevo Laredo, madre e hijo se entregaron a elementos del Instituto Nacional de Migración (INM), al no tener dinero para pagar a un pollero (traficante de personas) para que los cruzara a Estados Unidos, y ahora están a la espera de ser repatriados a El Salvador.

Otro drama es el que vive Mayeli del Rosario, oriunda de Nicaragua. Ella viajó hasta la frontera cargando a su hijo Josué Antonio, de siete años, acompañada por su madre, un hermano de 2 años y su prima, también menor de edad.

La familia se dirigía hacia Miami, Florida, donde tienen varios parientes, pero la suerte que los había acompañado desde Nicaragua, cruzando Honduras, Guatemala y casi todo el territorio mexicano, los abandonó en la garita del kilómetro 26, donde fueron detectados por personal del INM y detenidos, para su repatriación.

Yo no sé mi mamá, pero voy a regresar, quiero cruzar a Estados Unidos, para buscar una mejor vida, un mejor futuro, afirma la joven.

Kevin y Mayeli del Rosario son parte de los más de 200 menores migrantes centroamericanos atendidos en el Centro de Atención a Menores Fronterizos del DIF de Nuevo Laredo en lo que va del año.