La Secretaría de Gobernación (SG) lleva cabo operativos para decomisar máquinas de juego tragamonedas ilegales, es decir, aparatos no registrados ante la autoridad, instalados en la mayoría de los casos por la delincuencia organizada. Sin embargo, esta actividad –relacionada con la ludopatía– sí se permite en los casinos autorizados por el gobierno federal.

En el estado de México hay alrededor de 20 mil maquinitas ilegales, advirtió ayer la SG en un comunicado. La titular de la dirección general de Juegos y Sorteos de la dependencia, Marcela González, dijo el año pasado ante la comisión especial de diputados para casinos que en el ámbito nacional habría 70 mil, mientras en un estudio de ese grupo de legisladores se advierte la existencia de cerca de 250 mil máquinas tragamonedas.

Los diputados apuntan que jóvenes de entre 14 y 18 años son el principal sector usuario de las maquinitas, consideradas por sicólogos expertos en adicciones como parte del juego incesante, generador de graves problemas en materia de seguridad pública.

El contexto legal es ambiguo y ha sido objeto de controversias. Por un lado, el artículo 12 del Reglamento de la Ley de Juegos y Sorteos (creado en el sexenio foxista, 2004, y modificado en la administración de Peña Nieto, en octubre pasado) dispone: Quedan prohibidas las máquinas tragamonedas en cualquiera de sus modalidades.

Se entiende por máquinas tragamonedas –se añade en el reglamento– todo dispositivo a través del cual el usuario, sujeto a la destreza, realiza una apuesta mediante la inserción de dinero, ficha, dispositivo electrónico o cualquier objeto de pago con la finalidad de obtener un premio no determinado de antemano.

En el artículo 137 bis del mismo reglamento se indica que la SG podrá autorizar la realización de sorteos de números o símbolos a través de máquinas siempre y cuando tengan permiso de la secretaría y acrediten, por ejemplo, que las máquinas fueron fabricadas en territorio nacional o legalmente importadas.

Igualmente, esta norma describe el sorteo de números o símbolos a través de máquinas como una actividad en la que el participante realiza una apuesta mediante la inserción de billete, moneda, ficha, etcétera, con la finalidad de obtener un premio.

En 2012 la Cámara de Diputados interpuso ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una controversia constitucional por el contenido del reglamento, y tras la reforma de octubre de 2013, hubo otra controversia, ésta en contra del Ejecutivo, el cual se habría excedido en sus atribuciones al emitir la reforma reglamentaria, pero el asunto fue sobreseído por la segunda sala, según información de San Lázaro.

Ayer, la SG informó del decomiso de 130 máquinas en los municipios mexiquenses de Cuautitlán Izcalli, Tecámac y Villa Victoria. Señaló que el operativo fue en respuesta a la demanda ciudadana, principalmente de padres de familia que han demandado a las autoridades federales y estatales su intervención para proteger a los sectores vulnerables de la población, como los menores de edad, y de acotar los espacios a la delincuencia organizada que en la mayoría de los casos opera para la instalación de este tipo de máquinas.

Desde el año de vigencia del reglamento (2004), particularmente en las administraciones de funcionarios de origen panista y con énfasis en 2012, la SG ha autorizado la instalación de máquinas tragamonedas en decenas de casinos, propiedad de los permisionarios avalados por esta dependencia, según se constata en los reportes públicos de Gobernación.