Apenas tiene un año de dar consultas, pero su fama ha trascendido de tal manera que durante los fines de semana se forman afuera de su austero consultorio largas filas de mujeres y hombres mayores, con distintos achaques causados por la edad, en espera de ser atendidos.

Conocido como el doctor que cura con semillas o balines, a Juan Carlos Rodríguez le atribuyen la cura de sus males, sobre todo de aquellos relacionados con las articulaciones y el sistema nervioso, tratados mediante terapias alternativas que ofrece en el módulo de Participación Ciudadana, ubicado en el jardín Morelos de la colonia Escandón, en la delegación Miguel Hidalgo.

El cuartito resguarda sólo un escritorio, una silla y dos sillones desvencijados; las consultas prácticamente son públicas, ya que a un lado del consultorio, el personal de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedeso) del Distrito Federal atiende al público en general. Pero nada de eso incomoda a los pacientes, que sólo pagan 30 pesos por el servicio.

Siempre he recurrido a la medicina alternativa, pero no sabía de él hasta que la señora que vende hígado en el mercado me lo recomendó. Tuve cáncer gastrointestinal, ya me operaron y estoy controlada, pero con tanta medicina que me recetan tenía vómito y muchos malestares, ahora con él ya me siento mucho mejor, relató Gloria Rodríguez.

María Teresa Gastaldi, de 51 años de edad, también es una asidua paciente. Le tengo mucha fe y confianza, porque ha ayudado mucho a mi madre que tiene isquemia cerebral y a mí que padezco de artrosis. También vengo y le platico de mis problemas, es como terapia sicológica. Con las semillitas a mí me ha quitado los dolores físicos y he visto como curó a una señora que venía con bastón y ahora llega caminando, recuerda María Teresa.

En un consultorio improvisado, junto a oficinas de la Sedeso capitalina, adultos mayores acuden con fe a que Juan Carlos les alivie sus malesFoto José Antonio López

En una plática con La Jornada, Juan Carlos Rodríguez explica que lo único que hace es poner en práctica sus conocimientos sobre auriculoterapia, una técnica en la que se colocan semillas, balines, imanes o tachuelas en las terminales nerviosas del oído.

La oreja es un feto al revés, y de ahí vamos tocando las terminales nerviosas para desinflamar los órganos que provocan las enfermedades, explica.

Aquí viene mucha gente adulta, habló con ellos, trato de que saquen sus emociones, muchas veces están solos y eso ayuda a mejorar el estado de ánimo, y de ahí nos vamos con el sistema nervioso central para tratar sus males, expone.

Está consciente que hay muchos escépticos, pero asegura que la medicina alternativa es una opción para mucha gente, ya sea de escasos recursos o con dinero, que se acercan a ella cuando la tradicional no les da los resultados esperados.

Aquí lo que hacemos realmente es una labor social, porque a 30 pesos por consulta no te haces rico por más pacientes que tengas, sino que vas al día. Ojalá las autoridades dieran un mayor apoyo y se abrieran más espacio de este tipo, apuntó.