Gabriela Sánchez López, presidenta de la asociación civil Madres Afortunadas, inició ayer una huelga de hambre frente a las instalaciones de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (Ceav) para exigir que dicha instancia cumpla con su trabajo de proteger su vida e integridad física, y que la justicia del estado de Jalisco consigne de forma adecuada a un maestro que atacó sexualmente a su hija, quien tiene discapacidad visual y mental.

En charla con La Jornada, la activista explicó que tras la agresión sufrida por su hija en 2010 a manos del profesor Alejandro Ricardo Meneses Cervantes, éste fue detenido, pero salió en libertad bajo fianza gracias a que el juez clasificó el delito como estupro, que se considera no grave.

Luego de que la mujer se acercó a pedir su ayuda, la CEAV apeló del fallo del juez, pero éste ratificó su sentencia el pasado 13 de mayo.

Aunque Sánchez se encontraba en Guadalajara ese día, invitada por la propia comisión para dar seguimiento al caso, no se le notificó la decisión hasta el martes pasado, lo que consideró una burla y un acto de irresponsabilidad.

La activista denunció que este organismo no le ha brindado medidas de protección adecuadas, pese a que ya ha sufrido al menos siete atentados –el más reciente el pasado 3 de marzo, como informó en su momento este diario– y la ha canalizado a recibir atención médica a lugares donde le cobran mucho dinero por sus servicios.

Pido que modifiquen la sentencia de estupro y que cambien las medidas de protección, que han sido estúpidas hasta ahora, porque el policía que me cuida sólo va a mi casa por algunas horas. En la comisión no me han solucionan nada o me canalizan a lugares que están lejísimos y me cobran, lamentó.

Antonio Lara, coordinador del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero –que acompaña a Gabriela Sánchez en sus demandas–, indicó que nos preocupa la falta de interés de la Ceav, porque tanto ella como su hija están fuertemente desatendidas y esa omisión produce una falta de acceso a la justicia.

El activista recordó que Sánchez padece epilepsia, por lo que iniciar una huelga de hambre la pone en una condición todavía más vulnerable.

Llamamos a la Ceav y al Mecanismo de Protección de Defensores de Derechos Humanos y Periodistas a que intervengan de forma inmediata para dar atención y diálogo serio a doña Gabriela, porque parece que con Enrique Peña Nieto se ha profundizado el desinterés que ya había con Felipe Calderón respecto a la atención a las víctimas, deploró.