Washington, 2 de junio.

El ejército de Estados Unidos es el mejor chiste del que se puede reír el mundo, escribió el sargento Bowe Bergdahl a su padre, días antes de abandonar su base militar, el 30 de junio de 2009, desilusionado por el desempeño de las fuerzas armadas y los privilegios para los deshonestos.

Este es un ejército de mentirosos, traidores que apuñalan por la espalda, tontos y matones, explicó Bergdahl en un correo electrónico en el que habló de baja moral entre la tropa y una fuerza armada que ya afrontaba problemas diversos para poder someter al Talibán.

Casi cinco años después de haber enviado aquel correo, Bergdahl fue liberado por los talibanes en un insólito canje, a cambio de cinco mulás que participaron en el gobierno derrocado por la invasión estadunidense de noviembre de 2001, y que estaban recluidos en Guantánamo, Cuba.

Originario del estado rural de Idaho, Bergdahl era un joven con educación escolar que se unió al ejército estadunidense en un momento en que la institución tenía escasos reclutas y necesitaba aumentar la cantidad de brigadas de combate. Esto orilló a la fuerza armada a aceptar aspirantes que anteriormente fueron rechazados por sus antecedentes penales, lo que causó conflictos al sargento.

En el ejército de Estados Unidos te recortan por ser honesto, pero si eres una mierda presumida puedes hacer lo que quieras y serás elevado de rango, apuntó el sargento, que se tomó en serio la estrategia de ganar los corazones y mentes de los afganos, mientras otros soldados de su misma compañía ofendían a la gente.

Lamento todo lo que pasa aquí. Esta gente necesita ayuda, pero lo que tienen es al país más engreído del mundo diciéndoles que no son nada y que son unos estúpidos, que no tienen ni idea de cómo vivir, escribió Bergdahl, quien además narró a su padre que un vehículo militar arrolló y mató a un niño.

Su padre, Bob Bergdahl, cree que esa situación llevó al sargento a abandonar su base y deambular por la montaña hasta que fue detenido por los talibanes.

En respuesta a la carta que su hijo le envió, Bob Bergdahl escribió: obedece a tu conciencia.

Una investigación del Pentágono concluyó en 2010 que el sargento Bergdahl se alejó de su unidad y después de intensos esfuerzos iniciales de búsqueda, los militares decidieron no hacer más por rescatarlo, según un ex alto funcionario de Defensa que estuvo involucrado en el asunto, indicó Ap.

Hoy, el sargento se encuentra por segundo día consecutivo en un hospital estadunidense en Alemania y no hay fecha para su traslado a Estados Unidos.

Frente a las críticas de legisladores republicanos que el domingo acusaron al presidente Barack Obama de haber negociado con terroristas, el gobierno estadunidense volvió a defender su decisión de buscar los medios para la liberación de Bergdahl.

Tenemos una historia en este país de asegurarnos que nuestros prisioneros de guerra vuelvan; no los abandonamos, dijo el renunciante secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney.

Es totalmente apropiado, con base en la decisión del secretario de Defensa, en consulta con todo el consejo nacional de seguridad, que la amenaza potencialmente representada por el retorno de los detenidos (talibanes) está suficientemente mitigada como para permitirnos seguir adelante y hacer que Bowe Bergdahl vuelva a casa, adonde pertenece, afirmó.