Ponen orden en el caos creando redes altamente complejas
para gobernar sus acciones
más eficientes que Googlepara procesar información
Las exploradoras dejan un rastro de feromonas para que las recolectoras refinen y acorten sus viajes para encontrar fuentes de alimento en la vecindad de la colonia, señalan expertos chinos y alemanes
Martes 3 de junio de 2014, p. 2
La dedicación y fortaleza de la hormiga obrera, que labora todo el verano en previsión para el invierno, fueron celebradas en la fábula de Esopo en contraste con la perezosa cigarra cancionera, que no previó nada para las inclemencias por venir.
Ahora, investigaciones muestran que las hormigas prosperan no sólo porque trabajan duramente y se sacrifican por la colectividad. Su éxito se debe también a su habilidad grupal de procesar información con mucha mayor eficiencia que Google
en la búsqueda diaria de alimento, según científicos.
Un importante estudio matemático de la conducta, que podría tener ramificaciones hacia la forma en que entendemos la conducta humana en Internet, se valió de complejos modelos de computadora para revelar de qué manera las hormigas ponen orden en el caos creando redes altamente complejas
para gobernar sus acciones.
Descubrió que las hormigas no sólo tienen una sorprendente eficiencia
, sino también son capaces de desarrollar ingeniosas estrategias de navegación para dividirse en exploradoras
y recolectoras
durante los complejos movimientos de búsqueda de alimento
.
El estudio, realizado conjuntamente por científicos chinos y alemanes y publicado en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, descubrió que si bien las hormigas exploradoras pueden parecer caóticas
en sus movimientos, en realidad dejan un rastro de feromonas para permitir que las recolectoras refinen y acorten sus viajes para encontrar fuentes de alimento en la vecindad de la colonia.
Conforme este trayecto es repetido una y otra vez por las obreras que llevan su carga, un efecto de eficiencia retroalimentado
crea una ruta más corta, lo cual ahorra a la colonia el tiempo y la energía de un aprovisionamiento caótico continuo
.
Si bien los movimientos de las hormigas exploradoras parecen caóticos y al azar, pronto constituyen una línea ordenada de hormigas que cruzan el suelo del bosque en busca de comida
, declaró a The Independent el profesor Jurgen Kurths, coautor del estudio.
“La transición entre caos y orden –añadió– es un mecanismo importante, y me atrevería a decir que la estrategia de aprendizaje que se manifiesta es más precisa y compleja que una búsqueda en Google. Esos insectos son, sin duda, más eficientes que Google en procesar información con respecto a su entorno”.
Las viejas, valoradas por su conocimiento de los alrededores
Estudios anteriores habían mostrado que las hormigas obreras asignadas a las tareas más peligrosas tendían a ser insectos más viejos y menos valiosos. Esto sugería que las colonias eran renuentes a arriesgar a los individuos más jóvenes y productivos. En cambio, el nuevo estudio revela que las hormigas más viejas son valoradas por su mayor conocimiento de los alrededores del hormiguero.
Según el profesor Kurths, el modelo matemático usado en el estudio –que convirtió pautas conocidas de la conducta de las hormigas en ecuaciones y algoritmos– es aplicable también a otros animales de instinto hogareño, como el albatros. Incluso podría utilizarse para ofrecer una nueva perspectiva
de las pautas de conducta de los humanos en campos tan diversos como los sistema de transporte y la forma de navegar en Internet.
El estudio se publicó una semana después de que un equipo del Instituto de Tecnología de Georgia reveló que la habilidad de las hormigas para construir túneles estables en arena suelta podría auxiliar en el diseño de una nueva generación de robots de búsqueda y rescate.
El equipo utilizó cámaras de alta velocidad para observar cómo las hormigas rojas utilizan las antenas como extremidades adicionales para amortiguar las caídas, lo cual puede reproducirse en el desarrollo de nuevas tecnologías de rescate.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya