Sociedad y Justicia
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El problema crece desde hace unos años, advierte María Elena Medina Mora

Las adolescentes con depresión, más propensas al tabaquismo

En el entorno ha aumentado el estrés y la violencia, resalta

Se deben atender los trastornos para evitar que caigan en la adicción, indica la directora del Instituto Nacional de Psiquiatría

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Actualmente cada seis segundos alguien fallece a causa del consumo del tabaco, indicó la OMS, lo que suma casi 6 millones de decesos al año en el mundoFoto Jesús Villaseca
 
Periódico La Jornada
Domingo 1º de junio de 2014, p. 33

Las personas con depresión, principalmente mujeres adolescentes, tienen un riesgo 10 veces mayor de empezar a fumar y desarrollar dependencia al tabaco. Se trata de un problema global y complejo que ha crecido en los años recientes y concuerda con una mayor exposición a la violencia, el estrés y el incremento del suicidio entre los jóvenes, afirmó María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.

Con motivo del Día Mundial sin Tabaco (31 de mayo), la especialista comentó que el tabaquismo como adicción es una enfermedad del cerebro y como tal está dentro de los trastornos por abuso de sustancias. De ahí que también sea campo de estudio de la siquiatría; además, dijo, existe la evidencia de la comorbilidad que existe con la depresión.

Una de las sustancias que contiene la nicotina, al inhalarla, provoca una sensación de bienestar en los individuos que padecen tristeza profunda. Eso es lo que explica, en el caso de las mujeres, principalmente adolescentes, un mayor consumo de tabaco.

De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) 2011, en México, 21.7 por ciento de la población fuma; es decir, más de 17 millones de individuos de 12 a 65 años de edad.

Entre los adolescentes, la prevalencia de fumadores activos es de 12.3 por ciento, los cuales se inician en el hábito alrededor de los 14 años. Resalta que en esta etapa, las mujeres fuman casi al parejo que los varones.

Las investigaciones en el Instituto Nacional de Psiquiatría indican que este mayor consumo entre la población femenina se debe a la presencia de una depresión no atendida.

Esto nos habla de la necesidad de trabajar para prevenir los problemas de estrés, enseñarles a enfrentar los conflictos sin violencia, así como para que en el momento del noviazgo sean capaces de romper los ciclos de reproducción de la violencia familiar, indicó Medina Mora en entrevista.

Entonces, agregó, no se trata sólo de decir a los jóvenes que eviten fumar, sino también de atender los trastornos que ya presentan y hacerles ver que el tabaco no es la solución, aunque así les parezca.

Una vez identificado el trastorno y con una actuación clínica oportuna, es posible prevenir su evolución, apuntó.

Respecto de la depresión en el país, la investigadora comentó que 5 por ciento de la población vive con este padecimiento. Hay dos mujeres deprimidas por cada hombre.

Explicó que la diferencia entre ambos sexos –que haya más mujeres con el trastorno– está determinada por el primer episodio de tristeza profunda, cuando son casos leves. Aquí la relación es de dos a uno.

Si no se atienden, evolucionan y cuando ya se establece formalmente como depresión la prevalencia es similar para mujeres y hombres, con una relación de 1.3 a uno. En estos casos, los varones reportan mayor frecuencia de suicidios.

Resaltó que actualmente entre los adolescentes hay mayor prevalencia de depresión, lo que coincide con el incremento de la violencia y el estrés postraumático.

Eso ha sido claro en las encuestas que preguntan a los jóvenes sobre su estado emocional, a diferencia de los adultos que no reportan haber estado tristes cuando chicos, tal vez porque ya no lo recuerdan o porque superaron la etapa sin mayores complicaciones y ya no la conservan en la memoria, indicó.