Política
Ver día anteriorLunes 26 de mayo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Además, aceptó la petición de que se declare el náhuatl como lengua litúrgica

Levanta el Papa prohibición de ordenar diáconos en San Cristóbal de las Casas
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de mayo de 2014, p. 10

Hace 14 años, durante el pontificado de Juan Pablo II, fue prohibida la ordenación de diáconos permanentes en la diócesis de San Cristóbal de la Casas, Chiapas. Ahora, bajo el papado de Francisco, este fin de semana la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, a cargo del prefecto Antonio Cañizares Llovera, autorizó reanudar ese ministerio.

Al respecto, Felipe Arizmendi Esquivel, obispo de dicha diócesis, celebró que después de 14 años de oraciones, diálogos, sufrimientos, esperas, insistencias y trabajos pastorales, el cardenal Cañizares Llovera me entregó la carta que me autoriza ordenar nuevamente diáconos permanentes en nuestra diócesis.

El prelado indicó que esto es una gran noticia y un esperanzador regalo de Dios, que no me cansaré de agradecer al Espíritu Santo y a sus mediaciones, en particular la personal intervención del papa Francisco y de otros de sus colaboradores.

El 12 de diciembre pasado, Arizmendi, en una audiencia privada con el Papa le planteó la necesidad de ordenar diáconos en su diócesis, entre otros puntos, como nombrar al obispo auxiliar de San Cristóbal de las Casas, Enrique Díaz Díaz, como coadjutor, y declarar el idioma náhuatl como lengua litúrgica; ambos aspectos fueron concedidos.

Desde el Vaticano, Arizmendi señaló a La Jornada que la diócesis requiere de la ordenación de un poco más de 100 diáconos para atender a una circunscripción religiosa en la que más de 75 por ciento son pueblos originarios.

Detalló que en la diócesis habitan casi 500 mil tzeltales, 350 mil tzotziles, 150 mil choles, 55 mil tojolabales y 25 mil zoques, además de pequeños grupos de kanjobales, quekchíes, mames y mochós.

El Anuario Pontificio 2013 detalla que en el mundo prosigue la fuerte expansión de los diáconos permanentes, que han pasado de los 29 mil de 2001 a los 41 mil de 2011, y refiere que “América del Norte y Europa cuentan con 97.4 por ciento del total.

En México, hasta fines de 2010 existían alrededor de 800 diáconos permanentes, y las diócesis con el mayor número eran San Cristóbal de las Casas, con 340, y la Arquidiócesis de México, con 141.

Arizmendi explicó que en 2000 se me indicó no ordenar más diáconos permanentes, porque había serias desconfianzas por el gran número de ellos, en comparación con el relativamente escaso número de sacerdotes. Se temía que tener muchos diáconos y pocos sacerdotes no correspondería a una eclesiología más integral, como lo propone el Concilio Vaticano II.

Añadió que había el temor de que algunos de esos diáconos permanentes fueran ordenados presbíteros casados, y comentó que estos puntos han sido aclarados, además de que ha habido un progresivo aumento de vocaciones sacerdotales en la diócesis.

En el curso actual, añadió, iniciamos con 19 seminaristas en teología, 20 en filosofía, 19 en el curso introductorio y ocho en el seminario menor. Esperamos fortalecer esta pastoral vocacional, también para la vida consagrada y el laicado, pues el diaconado y el presbiterado no se excluyen, sino que se complementan.

Ante la escasez de vocaciones sacerdotales, los diáconos son una buena opción para la Iglesia católica, ya que pueden celebrar matrimonios, bautizos, proclamar el Evangelio, presidir exequias, pero no están autorizados a perdonar pecados o consagrar. Los diáconos no son sacerdotes y pueden ser hombres casados o solteros; estos últimos se comprometen al celibato. El Concilio Vaticano II restauró el ministerio del diaconado en la Iglesia católica.