Sao Paulo, 18 de mayo.

El Arena Corinthians, sede del partido inaugural de la Copa 2014 entre Brasil y Croacia, acogió este domingo su primer encuentro oficial envuelto en la polémica: se encuentra aún en obras y no opera a plena capacidad a 25 días del Mundial.

El Corinthians, club dueño del estadio, y el Figueirense, último de la tabla, se enfrentaron en la quinta jornada del campeonato brasileño, con triunfo 0-1 del visitante, en un estadio que aún presenta numerosas carencias. La principal es la inoperatividad de las tribunas suplementarias, que con capacidad para 20 mil espectadores entre ambas no recibieron la autorización del cuerpo de bomberos para ser utilizadas hoy.

También hay dudas sobre el funcionamiento de la red de telefonía móvil y de la conexión 3G en el recinto, que no han funcionado de forma óptima.

Así, el club sacó a la venta algo menos de 40 mil entradas, que obviamente no consideran las zonas en obras.

Nada ha salido en Sao Paulo como la FIFA esperaba. El estadio fue elegido como sede del partido inaugural del Mundial en octubre de 2011 –cuatro meses después del inicio de las obras– y debía estar listo el 31 de diciembre de 2013.

No obstante, el Itaquerao –como se le conoce– será entregado el 21 de mayo y sin haberse realizado ningún acto de prueba con el aforo de 68 mil espectadores que tendrá para la Copa.

Tres trabajadores muertos por accidentes durante las obras, lo que se suma a innumerables retrasos, hicieron que su inauguración oficial se haya ido posponiendo en múltiples ocasiones.

Para el 12 de junio también faltará la instalación de unos paneles de vidrio en parte del techo y el propio club reconoció que las obras continuarán tras el Mundial durante meses para que el Itaquerao alcance su forma final.

El estadio ha costado entre 411 y 424 millones de dólares, lo que supone un aumento de entre 14 y 18 por ciento del presupuesto inicial.

Por otra parte, el gobierno argentino enviará a Brasil una lista con los nombres de 2 mil 100 fanáticos futboleros ligados a la violencia, conocidos aquí como barrabravas, quienes serán vigilados especialmente durante el Mundial.

Los expedientes incluirán fotos, antecedentes penales y las direcciones en las que los hinchas se hospedarán en las ciudades mundialistas.

En tanto, en Chile se informó que una unidad especial formada por 10 carabineros (policía militarizada) viajará junto a la selección chilena a Brasil, con el fin de custodiar a los 23 jugadores que dirige Jorge Sampaoli.

Todos los miembros cuentan con amplio conocimiento táctico del control del orden público, dentro y fuera de las canchas.

Chile reforzó su seguridad en comparación con otros mundiales por las manifestaciones y enfrentamientos en las calles de Brasil.

En el estado de Segirpe, noreste de Brasil, presos de un penal de máxima seguridad liberaron hoy a las más de 120 personas, entre ellos 15 niños, que tomaron como rehenes la víspera y levantaron el motín, informaron las autoridades.

El incidente ocurre a 25 días del inicio de la Copa y en medio de una lluvia de protestas por reivindicaciones salariales y oposición a los altos costos del Mundial, aunque Sergipe no recibe a ningún partido del torneo.