La empresa Basf mexicana cerró hace 17 años una fábrica de pintura en la ex hacienda El Hospital, en Cuautla, Morelos, que habría contaminado el poblado. Ante esto, ciudadanos presentaron hace ocho años una queja ante la Comisión de Cooperación Ambiental (CCA), porque el gobierno mexicano no aplicó la ley a esta empresa y aún esperan que la investigación de este organismo se haga pública. La CCA está integrada por los ministros de medio ambiente de México, Estados Unidos y Canadá, quienes están por decidir si se divulga el expediente. En los 20 años de esta comisión, prácticamente ninguna documentación se ha ocultado. Según la petición, presentada por Roberto Abe, hijo del dueño del predio, en el poblado se detectó contaminación con sustancias peligrosas usadas en la producción de pintura, ya que los residuos no fueron manejados adecuadamente, y las autoridades no previeron que el daño podría extenderse a los predios vecinos. La solicitud de investigación expone que el gobierno mexicano no dictó ni realizó las medidas de control para que la contaminación no se propagara, y que sólo se basó en un autodiagnóstico y plan de remediación propuesto por la empresa. Tampoco se realizaron acciones para la remediación del sitio y se permitió que la contaminación ocasionara daños a la salud, al medio ambiente y al patrimonio de pobladores.