Integrantes de casi un centenar de organizaciones de ex alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) exigieron a quienes indebidamente mantienen tomado el auditorio Che Guevara devolverlo de inmediato a la institución.

En un documento dirigido a la opinión pública y a la comunidad de la casa de estudios, manifestaron que la solución al conflicto relacionado con ese recinto –ocupado por diversos colectivos desde septiembre de 2000, siete meses después del rompimiento de la huelga estudiantil de 1999-2000– compete a todos los universitarios.

Se trata de integrantes de 97 asociaciones –tanto metropolitanas y estatales, como con residencia en el extranjero registradas en el Programa de Vinculación con los Exalumnos de la UNAM– que se adhirieron al pronunciamiento del Consejo Técnico de la Facultad de Filosofía y Letras (FFL) de la casa de estudios difundido hace más de dos semanas, en el que se demanda que quienes actualmente ocupan el espacio lo liberen de inmediato.

El pasado día 13, los 28 consejos técnicos de todas las escuelas, facultades y áreas de investigación de la universidad apoyaron ese escrito, mismo que también fue suscrito por más de 39 mil universitarios, incluidos estudiantes, académicos y trabajadores, como se dio a conocer el martes pasado.

El reciente conflicto por el control del auditorio Justo Sierra –renombrado Che Guevara por los estudiantes del movimiento de 1968, que es como actualmente lo conoce la mayoría de los universitarios– empezó hace tres meses. El pasado 19 de diciembre, un grupo autodenominado anarquista u okupa ingresó por la fuerza al foro para desalojar a los integrantes de los colectivos estudiantiles y sociales que mantuvieron tomado el recinto durante los pasados cuatro años.

Pero el lunes 3 de marzo, jóvenes con el rostro cubierto –según versiones, ligados a los grupos expulsados en diciembre– actuaron de manera similar y volvieron a ocupar el foro. Sin embargo, horas más tarde retornaron los anarquistas y, tras un enfrentamiento recuperaron el auditorio.

Cabe señalar que no cualquier persona puede ingresar al espacio, pues sólo se permite el acceso a quienes acrediten cierta afinidad con los que mantienen la ocupación, por lo que la mayoría de los universitarios no se anima a acercarse.

Frente a tal situación, las agrupaciones de ex alumnos firmantes manifestaron su certeza de que la restitución de las funciones inherentes al auditorio concierne a todos los integrantes de la UNAM, expresaron su enérgico rechazo a todo acto de violencia y recordaron que el recinto ha sido un espacio académico, cultural, de análisis y debate de los asuntos que interesan al país, y debe volver a serlo.

La comunidad estudiantil de la FFL se ha organizado en cada uno de los 11 colegios que la conforman para alcanzar acuerdos con el grupo okupa y han insistido en que la gestión se dé por medio de una comisión tripartita, formada por estudiantes, profesores y trabajadores. Hasta ahora este planteamiento no ha sido aceptado por quienes tienen el control del auditorio.