La estructura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) facilita mucho la contabilidad del intercambio de bienes y servicios de sectores como el automotriz y el de energéticos, pero prácticamente imposibilita saber cuál ha sido la aportación de la cultura a la economía nacional. No todos los bienes o servicios culturales tienen capacidad exportadora, pero los que la tienen es muy difícil contabilizarlos, señaló Eduardo Cruz, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)

El especialista en políticas culturales y gestión cultural participó en el foro Paso libre a la cultura, tratos y maltratos del TLCAN, que se llevó a cabo en la unidad Xochimilco de la UAM. Entrevistado luego de la mesa La integración de los mercados culturales de Canadá, Estados Unidos y Méxi­co, Cruz explicó que parte de su trabajo ha sido hacer un balance de las exportaciones e importaciones de bienes culturales que nuestro país ha realizado desde 1994 con sus dos países socios, pero cuando analizamos la información que nos da el Banco de México, vemos que México no está en condiciones de decir si su balanza comercial es deficitaria o no.

Lo que sucede es que debido a la clasificación que se hizo en el TLCAN de los bienes culturales que son susceptibles de ser exportados e importados, no tenemos una forma de hacer claro todo lo que significa el movimiento de dinero hacia Estados Unidos y Canadá. Ello implica que esas cifras no son accesibles para quienes hacen negocios culturales o para que el gobierno diseñe políticas de aliento a la exportación.

Por otra parte, Eduardo Cruz señaló que en términos generales México ha sido un país importador de bienes culturales de Estados Unidos en los 20 años transcurridos desde la firma del tratado, “mientras que la relación con Canadá está –a partir del análisis de las cifras– abandonada. El intercambio de bienes culturales con ellos es ínfimo en todos los sectores: los libros, las artes plásticas, la música, el cine. Prácticamente no hay intereses comerciales de México hacia Canadá ni vicerversa, salvo la excepción del Cirque du Soleil, que nació previamente al Tratado de Libre Comercio”.

Por su parte, el empresario cultural Gregorio Luke señaló que desde que se firmó el TLCAN lo que realmente ha exportado México han sido seres humanos. Las repercusiones más importantes del tratado son dos que expresamente no se discutieron cuando cuando se firmó: cultura y migración. Y afirmó que el hecho de que actualmente haya más de 20 millones de habitantes de origen mexicano en Estados Unidos debería ser visto como una gran oportunidad para artistas, creadores y empresarios culturales de México.