Domingo 23 de marzo de 2014, p. 33
Entre 2000 y 2010 se preservó y reprodujo la estructura de informalidad existente en el país, señala una investigación de la doctora Mariana Pereira López, académica del departamento de economía de la Universidad Iberoamericana (Uia). Por cada empleo comerciable generado en las áreas metropolitanas de México se creó de manera indirecta la misma cantidad de empleos no comerciables formales e informales.
La investigadora es autora del estudio Multiplicadores locales de empleo e informalidad, realizado junto con Isidro Soloaga, también de la Ibero. En él se hace un análisis de los trabajos comerciables –aquellos que generan productos para todo el país y cuyo precio no se determina localmente (por ejemplo, autos o ropa)– y los no comerciables, servicios locales, como la venta de alimentos preparados, cuyos precios son determinados en la localidad donde se ofrecen.
Los especialistas usaron datos del Censo Nacional de Población y Vivienda, con los que calcularon que a escala nacional en 2010 entre la población de 25 a 66 años de edad el número total de empleos formales fue de 30 millones 460 mil (20 por ciento comerciables y 80 por ciento no comerciables). Para las zonas metropolitanas se calcula que la tasa de informalidad en el sector no comerciable fue de 59 por ciento, tanto en el año 2000 como en 2010; mientras que en el caso del sector comerciable, la tasa de informalidad se incrementó de 32 a 35 por ciento en ese mismo periodo.
Los resultados de las estimaciones realizadas en este trabajo indican que por cada empleo comerciable se crean de manera indirecta tres nuevos empleos no comerciables a nivel local, y de estos aproximadamente la mitad son informales.