Con apoyo de Conaculta y GDF se efectúan talleres sobre alimentación y cocina tradicional
Controversia por los precios; algunos arguyen altos costos, otros los atribuyen a la moda
Domingo 23 de marzo de 2014, p. 25
Grupos de pequeños productores de las zonas rurales del Distrito Federal y comunidades de estados vecinos, organizaciones sociales que promueven el comercio justo, pequeños empresarios y comerciantes de productos orgánicos e instituciones enfocadas a combatir la obesidad en la población, conjuntaron intereses para fomentar la buena alimentación basada en comida mexicana pero baja en calorías en la primera feria gastrorgánica La Buena Comida, realizada este fin de semana en el camellón de la avenida Álvaro Obregón (entre Mérida y Frontera), en la colonia Roma .
Apoyados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y el gobierno capitalino, los expositores de la feria que comenzó el sábado y continuará este domingo no suman más de 30, pero además de vender frutas y verduras orgánicas, huevo, pan, quesos, cereales, arroz, jugos, miel, aceites, aderezos, amaranto y otras semillas, dulces típicos, nieves, participan en conferencias y talleres sobre la salud y la alimentación, la cocina tradicional mexicana como patrimonio inmaterial de la humanidad, huertos urbanos, el impacto de la alimentación en la obesidad y la diabetes o el rescate de las chinampas de Xochimilco en la Casa Lamm.
Tratamos de promover la salud desde la cultura y la tradición gastronómica mexicana, quitándole el estigma de que no es saludable. Sí lo es porque además de tener muchas frutas y verduras, hay infinidad de platillos que son muy saludables y se preparan con ingredientes usados por siglos. La feria está auspiciada por Conaculta, a partir de que metimos un proyecto cultural y conjuntamos a productores, organizaciones sociales y pequeños comerciantes que están trabajando por promover la salud, la buena alimentación y el desarrollo sustentable
, aseguró Luis Manuel Encarnación, director de la Fundación Mídete, creada en 2007 para combatir la obesidad en México, mal que se triplicó desde 1980, afectando 70 por ciento de la población.
En la feria participan desde empresas ya consolidadas en la venta de productos orgánicas, como Aires del Campo, pionera en el sector, fundada hace 13 años, con proveedores de todo el país y cuyo éxito propició que Herdez le comprara hace dos años la mitad de sus acciones, comenta Raúl Moreno, gerente de calidad, hasta las tiendas Lo dirás de Chía
, que un trío de jóvenes fundaron apenas hace seis meses.
Cooperativa comercializa directamente sus productos
Pero también hay pequeños productores, como la Cooperativa Tierra Nueva, que agrupa unos 50 productores de traspatio
o que no tienen más de una hectárea de tierra que cultivan hortalizas, frutas, plantas, hacen dulces típicos, entre otros alimentos, de Milpa Alta, Xochimilco, Tláhuac, Tlalpan, Magdalena Contreras e Iztapapalapa, así como municipios mexiquenses y de Morelos.
Desde hace cinco años esa cooperativa comenzó a comercializar directamente sus productos bajo el nombre de Cassa Verde, sin depender de intermediarios, además de que regeneran sus tierras y participan en el Mercado del Trueque, iniciativa del Gobierno del Distrito Federal, que se lleva a cabo una vez al mes, mediante el cual la gente intercambia productos de reciclaje, como vidrio, cartón, aluminio, papel, PET o algunos electrónicos por hortalizas, frutas y plantas, comenta Erick Roberto Izquierdo Gorostiza, fundador de la organización.
Si bien el número de productores y empresas dedicadas al mercado orgánico reporta un crecimiento en años recientes, éste se ve limitado por sus precios, lo cuales llegan a duplicar o triplicar el de sus similares que no garantizan que están libres de pesticidas u otros químicos y que predominan en mercados públicos y tiendas de autoservicio.
Pese al precio, el director de la Fundación Mídete sostiene que los productos orgánicos representan una opción para bajar de peso
aun cuando reconoce que la comida industrializada, como pastelitos, botanas y refrescos son muy baratos y están al alcance de cualquiera.
Con proyectos como la Feria La Buena Comida, pondera, queremos sensibilizar a la gente de la gran cantidad de azúcar, grasa y sodio que tiene la comidam chatarra y que afecta la salud
. Considera que los costos de los alimentos orgánicos pueden bajar en la medida que se incremente el contacto directo entre productores y consumidores finales, además de los beneficios a la salud y medio ambiente que implica.
Izquierdo Gorostiza, de la Cooperativa Tierra Nueva y biólogo de profesión, sostiene a su vez que si bien los productos orgánicos implican más costos de producción, así como gastos extras por los trámites de certificación, no se justifica que se vendan tan caros caros
. Quizá, dice, es por moda.