En 2013, el robo a vitrinas de casas de empeño se incrementó en algunas entidades del país, principalmente en el estado de México, donde la cifra se disparó 50 por ciento, aseguró Joel Rodríguez Navarro, director general de la Asociación Mexicana de Empresas de Servicios Prendarios (Amespre), que agrupa a más de 5 mil establecimientos en México.

Si bien ha disminuido el delito de intrusión, que era el de mayor impacto en cuanto a pérdida patrimonial de los locales, ahora se ha incrementado de forma importante el número de robos a los aparadores. La zona donde más aumentó es en los límites del estado de México con el Distrito Federal.

El año pasado, dijo, la Amespre registró en dicha entidad hasta 100 vitrinazos en centros prendarios, y en lo que va del año llevan contabilizados 26.

Entrevistado luego de participar en el seminario La regulación de la protección al consumidor del préstamo prendario, en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, Rodríguez Navarro comentó que los delincuentes operan en su mayoría en grupos de cuatro.

“Entran, se dispersan, pegan a las vitrinas con un martillo –el cual dejan en ocasiones–, recogen las prendas de los muebles y se echan a correr. Los principales artículos que roban son alhajas, celulares, laptops y tablets, que son muy fáciles de recolectar”.

Por su parte, Gabriel Rafael Mondragón, presidente ejecutivo de Amespre, expuso que debido a la violecia que prevalece en parte de la República Mexicana, los comercios de empeño tuvieron que reforzar las medidas de seguridad. Se adquirieron más cámaras, alarmas y botones de pánico, dijo.

Tenemos un problema fuerte de inseguridad, con asaltantes violentos, el cual deben atender las autoridades. El año pasado, las casas de empeño a que pertenezco tuvimos 18 asaltos, y no dejan de ocurrir; son una constante. Primero tenían lugar en estados del norte, como Monterrey, Chihuahua, Sonora, luego en el sur, en Guerrero y Cancún; en este último nuca había ocurrido, sino hasta finales de diciembre. Ahora es en el estado de México, donde a cada rato asaltan las sucursales, dijo.

Coincidió con Rodríguez Navarro en que los asaltos los ejecutan en grupos de entre cuatro y seis personas. Dos se quedan en la calle; en ocasiones entran armados y rompen las vitrinas.

Durante el seminario, especialistas comentaron que las principales violaciones a los derechos del consumidor cometidas por las casas de empeño son que no les brindan acceso al contrato de adhesión, que es un documento elaborado unilateralmente por el proveedor para definir en formatos uniformes los términos y condiciones aplicables a la adquisición de un producto o la prestación de un servicio.

La obligación de estos establecimientos es facilitar a las personas información oportuna sobre las condiciones de préstamo, el costo anual total, los refrendos y el porcentaje del avalúo correspondiente.

De acuerdo con una encuesta que realizó la Procuraduría Federal del Consumidor en el Distrito Federal y el valle de México para revisar el cumplimiento de las normas oficiales mexicanas en el sector, 50 por ciento de las casas de empeño no exhibe el contrato de adhesión.

Sergio Daniel Palma, especialista en el tema, abundó que ante la falta de acceso a créditos financieros, las personas de bajos recursos son más vulnerables a acudir a casas de empeño, a pesar de que les cobrarán más interés, pero no tienen opción, señaló.