Mérida, Yuc., 21 de marzo.

Los jóvenes de Ucrania Maryna Burakova y Oleksandr Batychko, con apenas dos años de matrimonio, quisieron conocer la ancestral cultura maya, y en 2012 partieron de Kiev, capital de su país con destino a México.

En Yucatán murieron en circunstancias aún no aclaradas. Las autoridades expusieron en su momento varias hipótesis: en una señalaron la probable responsabilidad de la joven en el asesinato de su marido, dado que el único cuerpo encontrado en enero de 2013 fue el de Batychko. Incluso se pidió una orden de captura internacional en su contra.

Sin embargo, las autoridades ministeriales de Yucatán informaron ayer que Burakova no huyó de la entidad ni del país, sino que también murió en tierra yucateca, aparentemente, asesinada. La fiscal general del estado, Celia Rivas Rodríguez, confirmó este viernes que luego de varios meses de estudios se determinó que una osamenta encontrada en el municipio de Chankom en 2013 corresponde a la joven Burakova.

Después de pruebas odontológicas, radiológicas, de medicina forense, antropológica y de genética, se confirmó que los restos eran de la joven de Ucrania. El gobierno de Yucatán se pondrá en contacto con los familiares de la joven. Por el hombre nadie ha preguntado en más de un año.

El joven matrimonio llegó a México el 26 de noviembre de 2012, cuando aterrizó en la ciudad de México, procedente de Kiev. El objetivo de Burakova y Batychko, de 24 y 25 años, respectivamente, era presenciar las celebraciones del supuesto Apocalipsis Maya. De la capital del país se trasladaron a Chiapas para visitar Palenque; posteriormente viajaron a Quintana Roo donde estuvieron en Playa del Carmen y Tulum. Finalmente llegaron a la zona arqueológica de Chichén Itzá, enclavada en el municipio oriental de Tinum, 150 kilómetros al oriente de Mérida.

Según las pesquisas del Ministerio Público de Yucatán, en Playa del Carmen, los jóvenes alquilaron un vehículo Aveo rojo a la empresa El Álamo. Ambos fueron reconocidos por las cámaras de video en las casetas de peaje de Xcan y Pisté, de Yucatán, procedentes del vecino estado de Quintana Roo.

Burakova tuvo el último contacto con sus familiares en Ucrania a finales de diciembre de 2012, cuando se dirigía con su marido a Playa del Carmen, Quintana Roo. Ahí pasaron las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Los primeros días de enero de 2013 se trasladaron a Yucatán para conocer Chichén Itzá.

El 12 de enero de 2013, un campesino encontró el cadáver de Batychko en proceso de descomposición en montes de Xocempich, pequeña localidad maya del municipio de Dzitás. El joven estaba dentro del Aveo rentado. La Fiscalía del estado precisó que el turista murió desangrado al ser atacado con un arma blanca en la zona de la ingle, que le seccionó la vena femoral. Según el dictamen del Servicio Médico Forense (Semefo), el turista tenía ocho días de muerto cuando fue encontrado.

En la escena del crimen se halló un cuchillo con manchas de sangre y huellas dactilares que al parecer correspondían a una mujer. En el interior del auto estaban sus pertenencias.

De ella no se sabía nada. Fue entonces que el estado emitió una alerta internacional para localizar a la joven, pues se le consideraba probable responsable del homicidio de su esposo. La Interpol apoyó en el caso.

La fiscal Celia Rivas recordó que en 2013 pidió apoyo de las autoridades de Belice, Guatemala y El Salvador por su probable escape hacia Centroamérica. También se solicitó información al Instituto Nacional de Migración y hasta a las terminales aéreas. Pero Migración reportó que nunca se utilizaron sus boletos de retorno a Europa.

Para las autoridades, la clave del caso seguía siendo Burakova. Sin embargo, su cuerpo estaba tirado en un área de la población de Chankom, a escasos 33 kilómetros de donde se ubicó el cadáver de su marido. Los restos de la turista fueron hallados por policías ministeriales en septiembre de 2013 y hasta hoy, tras siete meses de múltiples pruebas, se comprobó su identidad. Al parecer también fue asesinada con arma blanca.