Espectáculos
Ver día anteriorSábado 22 de marzo de 2014Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El jueves pasado la Sinfónica de las Américas tocó el soundtrack

Se hundió el Auditorio en la fantasía colectiva de El señor de los anillos
 
Periódico La Jornada
Sábado 22 de marzo de 2014, p. 9

La comunidad del anillo mexicana expresó su descontento cuando una voz en off anunció, la noche del pasado jueves, en el Auditorio Nacional, que el concierto sinfónico The Lord of the Rings: The Fellowship of the Ring no sería dirigido por Howarf Shore, ganador del Óscar y creador de la música de la trilogía cinematográfica fantástica de elfos.

En un comunicado, los organizadores, Zepeda Bros y el Auditorio Nacional, informaron que por causas de fuerza mayor ajenas a este foro de espectáculos y al promotor el referido músico no tomaría la batuta esa noche. El reconocido director de orquesta Justin Free suplirá al creador de la partitura de la multipremiada cinta. Ipso facto el coro de protestas retumbó por las cuatro esquinas en forma de silbidos, murmullos, gritos de ¿por qué avisan hasta ahorita?, rostros enojados, etcétera. Nadie toca mejor su música que el autor. Por eso vine, comentó un joven a su novia.

Se apagaron las luces, entraron los músicos de la Sinfónica de las Américas, los coros y el escenario se colmó de gente. En el fondo, en una gran pantalla, comenzaron las escenas de la primera película de El señor de los anillos. Se escucharon los primeros aplausos. Entró Justin Free dándose valor y aguantando cáñamo. Tomó la batuta y, desde ese momento, la conexión fue inmediata con el público. Papás que llevaron a sus hijos y con lugares de arriba tuvieron la opción de ocupar un sitio más cercano al escenario.

La interpretación musical guardó sincronía con las imágenes y los corazones palpitaron más fuerte. La magia del cine, el hechizo en la oscuridad, lograba su sinergia. Al final de la primera escena los aplausos se sucedieron. Las comunidades de la historia y la del Auditorio se hicieron una. Comenzaba a explicarse el poder del anillo milenario y su efecto en los humanos, simples mortales que se rinden al afán de poder.

Ovación de pie

Los sonidos de flautas y los coros celtas tradicionales se hundieron en la fantasía colectiva. Hay verdaderos fanáticos, exégetas de esta obra basada en el primer tomo de la novela homónima del escritor británico J.R.R. Tolkien, adaptado al cine por el neozelandés Peter Jackson.

Hubo un intervalo. Al regresar la sinfónica, Free ya había convencido al público de su nivel y de Shore ni quien se acordara. Casi a las 12 de la noche acabó el concierto y los músicos fueron despedidos con una larga ovación de pie.