La aprobación de la reforma constitucional que abrió a la inversión privada el sector energético no debe ser motivo para echar las campanas al vuelo respecto de la posibilidad de extraer pronto petróleo en aguas profundas del Golfo de México, lo cual comenzará a ocurrir, si bien nos va, hasta 2018, sostuvo este miércoles BBVA Bancomer.

En el mejor de los casos, y si bien nos va, la producción en petróleo en aguas profundas no se dará sino hasta 2018, en un escenario optimista, sostuvo Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer.

Bien implementada, dijo, la reforma energética puede tener beneficios en el crecimiento económico, elevar la tasa potencial de 3 a 4.5 por ciento anual. A pesar de que estamos convencidos de los beneficios, los retos son muy grandes, en el terreno regulatorio, de uso de agua y ambiental. Debemos ser cautos y no echar las campanas al vuelo, no decir que la reforma que se hizo a la Constitución va a traer beneficios inmediatos, añadió.

A finales del año pasado el Congreso aprobó eliminar en la Constitución la restricción para que el sector privado nacional y extranjero participe en áreas que estaban reservadas a las dos empresas estatales de energía, Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. En 2014, según han externado el Ejecutivo y la mayoría legislativa en el Congreso, serán procesadas y promulgadas las leyes secundarias, que definen la forma en que se materializarán los cambios constitucionales.

Una vez que exista legislación secundaria, lo que puede llevar este año, y si se asume que los primeros contratos para explotar petróleo bajo el nuevo marco constitucional se firmen en 2015, se requieren por lo menos dos años para concretar la producción, expuso Serrano.

El tiempo requerido para que comience a materializarse la reforma energética en mayor producción de petróleo no es una señal de que los cambios constitucionales estuvieron mal hechos, respondió Serrano a la pregunta sobre la razón por la cual desde diversos ámbitos comienza a insistirse en que los efectos de esa reforma en el suministro y costo a los consumidores no será a corto plazo. “¡Seguimos teniendo una opinión positiva sobre la reforma! –respondió. Lo que resaltamos es que hay retos importantes. Lo que ya se hizo era lo más complicado: abrir la Constitución para permitir la inversión privada (en la industria energética); se hizo de la mejor manera posible. El mensaje no es que hubo algo mal hecho, sino que queda mucho camino por recorrer”, puntualizó.

Bancomer calculó que la apertura del sector energético al capital privado añadirá 1.3 puntos al crecimiento potencial de la economía mexicana, porcentaje que, expresado en metálico, equivale a aumentar el tamaño de la economía en 229 mil millones de pesos.

Si la economía crece a 3 por ciento, con la reforma energética crecería 4.3 por ciento, dijo. En todo caso, añadió, ese aumento en el potencial de crecimiento no se expresará sino hasta 2019. Serrano dijo que Bancomer dará a conocer en los próximos días una nueva previsión de crecimiento arriba de 3 por ciento.

El factor ambiental

Uno de los temas derivados de la reforma energética sobre el que no se habla mucho es el efecto ambiental y en el suministro de agua derivado de la explotación de yacimientos de energía no convencional, como el petróleo y gas de lutitas, mencionó Serrrano.

Los hidrocarburos de lutitas se extraen mediante métodos conocidos como fracking o ruptura hidráulica, en los que se emplean explosivos y grandes cantidades de agua, según expertos.

No se habla mucho de que la extracción de petroleo o gas de lutitas requiere grandes cantidades de agua y eso se debe reglamentar para que exista una explotación ordenada, que no se ponga en peligro el suministro de agua a poblaciones cercanas a estos campos, advirtió economista en jefe de BBVA Bancomer.