¿Quién mató a Kukykendall?
#1DMX augural
Madruguetes foráneos
Adiós a José Emilio Pacheco
Influenza, no tan grave
Los jinetes del Apocalipsis priísta
Desaceleración, inflación, devaluación
C’est fini: el casquivano Hollande
Margarita Zavala, única airosa de un mundo de tinieblas
Mensaje a José Emilio: la patria te ama
Ver y decir
Distrito Federal. Presupuesto 2014
Argentina, una vez más
Trasnacionales voraces
Onerosa modernidad
La otra batalla
La FMF quiere ayudar a los jóvenes, pero de lejos
Comienza la ruta de Herrera hacia Brasil
Fayo Cabrera
e acuerdo con el diario O Globo, la Cámara de Comercio Exterior (Camex) de Brasil se apresta a imponer a Estados Unidos represalias comerciales por 800 millones de dólares debido al incumplimiento de Washington con un acuerdo bilateral que obligaba al gobierno estadunidense a pagar compensaciones por el subsidio que otorga a sus exportadores de algodón.
José Emilio Pacheco, intelectual sin pedantería
L
a poesía es la sombra de la memoria/ pero será materia de olvido. Escrito con tinta roja.
JEP
n el prefacio al libro de poemas de José Emilio Pacheco, City of the memory ( Ciudad de la memoria) que publicó en 1997 la editorial del poeta Lawrence Ferlinghetti, City Lights, su traductora Cynthia Steele hacía notar que las principales obsesiones literarias de José Emilio Pacheco son: los efectos destructivos del tiempo; el egoísmo esencial y la crueldad del mundo natural, con la humanidad en su violento centro, y la capacidad del espíritu humano de lograr una trascendencia, así sea momentánea, y de mantener firme la esperanza a pesar de todo
. Hoy, con más fuerza que nunca, resuenan muchos versos de José Emilio Pacheco donde se hacen patentes estos rasgos. Baste recordar su poema Blockbuster, donde los efectos destructivos del tiempo se manifiestan como la inmensa vida que no perdona y se va muy pronto./ Y el polvo en que terminan todas las cosas
. O su poema Demolición, donde, como su título indica: “Están echando abajo la casa en ruinas… ruinas de lo impensable inmemorable”.
uando se trata de definir la línea que separa a la actividad pública de la privada, Estados Unidos es un país de paradojas.
ómo alienta expresarse bien y con toda la boca de una persona. En tiempos de estas bárbaras naciones en que la degradación es el signo del momento, en que los sustentos morales nada valen y surge voraz el apetito por el poder, el dinero y la impunidad.
asi es un lugar común decir que en México resulta obvia la debilidad de la izquierda o de las izquierdas. Y tal cosa se proyecta a la elección presidencial de 2018. El argumento esencial radica en la división de la izquierda partidaria: PRD, PT, Movimiento Ciudadano, Morena, Movimiento Progresista (y ¿cuáles más?). Es verdad y, por tanto, es un argumento fuerte.
ólo a una autoridad extremadamente irresponsable e ignorante se le ocurre construir un mercado municipal en un terreno minado por residuos de sustancias tóxicas y peligrosas. Y eso es la de Córdoba, Veracruz, con su proyecto de ocupar el predio donde se almacenaron y formularon diversas plaguicidas de una empresa, Agricultura Nacional de Veracruz SA (Anaversa). De bien ganada mala fama por contaminar durante más de un cuarto de siglo el área circundante y en la que funcionaban varias escuelas públicas, una guardería y un mercado, a ciencia y paciencia de las autoridades federales de ambiente y de salud, quienes les renovaban las licencias sin mayor problema.
uchos mexicanos, algunos muy distinguidos, como los premios nacionales de ciencias y artes, intelectuales conocidos y otros no tanto, partidos políticos, agrupaciones de abogados, juristas destacados, universitarios, líderes religiosos, maestros, trabajadores organizados, estudiantes, campesinos y muchos más, de diferentes maneras, a veces de acuerdo y otras cada quien por su lado, tratamos de convencer a quienes controlan a los poderes federales, Ejecutivo y Legislativo, de que no segregaran a la electricidad y a los hidrocarburos de la lista de áreas estratégicas de la economía.
l reciente Foro Económico Mundial de Davos fue un verdadero suq con muchos intercambios de análisis de funcionarios nacionales e internacionales, opiniones de expertos y ofrecimientos de gobernantes que compiten para atraer negocios e inversiones.
omo un celaje apareció el sombrero de don Juan Amado Soto por las calles de la ciudad de México hace unos 107 días. Don Amado, como le dicen en Angahuan, su pueblo del bosque, llegó al Museo Nacional de Antropología desde la meseta michoacana para restaurar el solar purépecha que allí se exhibe desde hace casi medio siglo. Como todo lo que se hace en los parajes de su pueblo, para realizar esta tarea se hizo acompañar de la gente de su comunidad, pues ella es su eje: palabra y universo, emblema de la pervivencia de la vida que permite transmitir la memoria de las mujeres y los hombres que comparten los signos de su vida en común.
sa noche. Salí a caminar con las estrellas, ya que tuve la oportunidad. Aunque a pocas las conozco de nombre y no las conté, puedo asegurar que no faltó ninguna. Se aglomeraban las grandes y las pequeñas, las que caen, las que parpadean como los loros, lentamente, las que cintilan inquietas, las que cambian de color. Las de constelación reconocida mostraban un orden casi marcial, condecoradas por su propio brillo, formadas según caen y han caído por milenios sobre los ojos humanos en figuración geométrica. Alguna algarabía traerían esa noche para lucir tan despejadas. Quise escucharlas, pero su música era el silencio.
ólo pensamientos negros al llegar a la Plaza México. Los rumores hablaban de que José Emilio Pacheco, nuestro poeta, estaba gravísimo. Más que nunca combinaba el coso la belleza y la muerte. Sombras fugaces que se quedaban, se quedaron y se alargaban hasta perderse para iluminar su ser enlazado en nuestros orígenes. Revelaciones misteriosas que no desparecerán y serán siempre novedosas. Lava que surge de variados colores que vienen de arriba, muy arriba, y llegan al hoyo negro que el poeta buscaba y eran magia musical oculta.