Cambio en el gabinete
De Guatemala a guatepeor
¿Desmemoria o provocación?
s bien sabido que Miguel Ángel Mancera, al formar su gabinete, pensó en romper con la práctica nociva de repartir carteras en acuerdo con las diferentes tribus del PRD. Así lo hizo y redujo al máximo la presencia tribal en su equipo de trabajo. Por ahí le concedió algo a la tribu de Bejarano, y destinó la Secretaría de Trabajo y Fomento al Empleo a un chucho, Carlos Navarrete, quien, como todos suponían, no sirvió para nada en el cargo.
Ahora, la cartera queda en manos de una mujer, que para empezar se confiesa sin experiencia en el área que ahora encabeza, y para seguir, siempre que pudo –afortunadamente, poco pudo– dedicó su esfuerzo político no a alcanzar la Presidencia de la República, puesto para el que jugó como candidata de la socialdemocracia, sino para denostar el trabajo de Andrés Manuel López Obrador en el PRD.
No sabemos con certeza cómo van las relaciones entre López Obrador y Mancera después del aumento al pasaje del Metro, pero si nos atenemos a las reglas del juego político de siempre, tendríamos que decir que el nombramiento de Patricia Mercado tendría que leerse como un golpe a López Obrador, o cuando menos el rompimiento del GDF con Morena.
Y no se trata de especular, más bien de sumar, de hacer cuentas. Y si los datos duros, como los que hemos mencionado, no mienten, estamos frente a un nuevo conflicto de Mancera en contra de los militantes de izquierda y, desde luego, contra los seguidores de López Obrador, cosa que no le hará bien más que a la derecha, que busca de todas formas apoderarse del DF.
Por lo pronto, el arribo de Mercado al gabinete del GDF parece venir de dos posibles rutas. La primera, la cercanía de la mujer con Manuel Camacho, y la segunda, que ubica el rastro de su nombramiento en terrenos chuchos, lo que significaría que Mancera respetó el acuerdo que tuvo con esa tribu desde el principio de su gestión.
Patricia Mercado, para que a nadie se le olvide, decidió mantener su candidatura a la Presidencia de la República en 2006, aun sin ninguna posibilidad de triunfar. Su juego sirvió para hacer que Felipe Calderón llegara a Los Pinos, pues se negó a declinar en favor de López Obrador, y el millón de votos, más o menos, que obtuvo en la contienda hubieran sido decisivos para que la izquierda triunfara en la carrera por la Presidencia de la República.
Y no sólo eso: la mujer, consciente de su proceder, se declaró lista para trabajar en el gabinete de Calderón, que por algún motivo, tal vez muy obvio, nunca la llamó, aunque ella mantenía encendido día y noche su celular. Así, Patricia Mercado, despreciada por la derecha a la que sirvió, hoy encuentra trabajo en la izquierda a la que no tuvo empacho en traicionar. ¿Qué, no hay memoria o es provocación?
De pasadita
Ahora resulta que el aumento al precio del pasaje del Metro no será suficiente para sanar todos los males que padece ese sistema de transporte y se inicia, por ello, su privatización. Si ése era el fin –la privatización–, lo que a todas luces parece una burla es el aumento a la tarifa. Vaya cosa.