El pintor cautivó a precursores de la modernidad como Cezánne, Gauguin y Manet
Se realizarán exposiciones y conferencias
En el Museo del Prado de Madrid se presentará El Greco y la pintura moderna
En Toledo se expondrán 80 obras representativas del artista
Jueves 9 de enero de 2014, p. 4
Madrid.
El Greco, el pintor místico de las figuras ascendentes e ingrávidas, murió el 7 de abril de 1614. Para conmemorar el 400 aniversario de su muerte se han programado numerosos actos, exposiciones, conferencias y antologías ensayísticas y gráficas de uno de los artistas más influyentes en la historia de la pintura, que logró cautivar a los precursores de la modernidad encabezados por Cezánne, Gauguin y Manet, quienes lo rescataron del rincón oscuro en el que se encontraba su obra después de tres siglos de dominio severo del realismo.
El Greco se llamó en realidad Doménikos Theotokópoulos y nació en Candia, en 1541, la actual Heraclión, capital de Creta. Muy joven, pero con un virtuosismo excepcional con el pincel, se convierte en un referente de su región, que abandonó con tan sólo 26 años para trasladarse a vivir a Venecia. Su intención era nutrirse de la efervescencia cultural de la ciudad y compartir escenario con alguno de los artistas más importantes de su época. Pero su estancia en Venecia duró tres años, tras decidir vivir en Roma, donde conoció a una de las personas que cambiaron radicalmente su vida: el clérigo español don Luis de Castilla. De hecho, este personaje, que fue el albacea de su testamento, fue crucial para que El Greco decidiera trasladarse a vivir a Madrid y a Toledo, donde se asentaría definitivamente.
El genial pintor griego inició entonces una etapa de enorme producción artística, en la que elabora algunas de sus obras más singulares y que, con el tiempo, se convirtieron en auténticas joyas de la historia del arte: El entierro del conde Orgaz, El expolio, La crucifixión, El martirio de san Mauricio o La alegoría de la Santa Liga, entre otros.
Se calcula que en total hay 300 obras artísticas de El Greco, la mayoría en España y una gran parte en el Museo del Prado, que tiene 46 piezas. Pero por importancia biográfica y vivencial, la ciudad de Toledo también cuenta con un importante patrimonio del pintor, entre ellos Las lágrimas de San Pedro, La resurrección de Cristo con San Ildefonso y El entierro del conde Orgaz.
Y, cuatro siglos después, tanto la ciudad de Madrid como la de Toledo rendirán homenaje póstumo a un artista que cuando fue expuesto por primera vez en el Museo del Prado, en 1902, los críticos y académicos dogmáticos criticaron con dureza que se presentara al mismo nivel de otros artistas más valorados entonces, como Zurbarán o Diego Velázquez.
Cristóbal Toral, pintor y experto en El Greco, explicó que una de las grandes virtudes de su obra era precisamente el crisol de sus influencias, lo que supondría a la postre un adelantamiento a las vanguardias y a la propia modernidad. En Creta interiorizó el estilo bizantino. En Venecia aprendió de Tiziano; en Roma desairó a Miguel Ángel, y en Toledo acabó triunfando impulsado por el espíritu de la Contrarreforma. Así que en sus cuadros se anticipa a logros de Cezanne, Marc Chagall, Van Gogh, Picasso o Matisse
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El presidente de la Fundación El Greco 2014, Gregorio Marañón, es uno de los responsables de la coordinación y puesta a punto del homenaje póstumo, por el que se espera que se vuelva a mirar de otra forma la obra de El Greco. Lo que más me fascina de su obra es la modernidad. Pero también me impresiona su técnica, la composición y la propia inspiración que resulta tan cercana y moderna. De ahí su enorme influencia en el siglo XX, de Monet a Pollock pasando por Picasso. Sus cuadros son a veces puro impresionismo
.
Para organizar las exposiciones, que tendrán dos centros neurálgicos –Madrid y Toledo– se logró el préstamo de los pocos cuadros que no pertenecen al Estado español o a colecciones privadas en el interior del país. De hecho, las únicas piezas de El Greco fuera de España están en Washington, en la Galería Nacional de Arte (con ocho cuadros), en el Metropolitan de Nueva York (seis piezas, entre ellas la singular Vista de Toledo) y en el Museo Rosenbach de Filadelfia (seis cuadros, incluido Retrato de una dama). Pero para celebrar el aniversario, estos museos no sólo prestaron algunos de sus cuadros, sino también se comprometieron a no celebrar ninguna exposición de El Greco durante 2014, para concentrar las efemérides en Madrid y el Toledo.
Vamos a poner de relieve el renacimiento hace 100 años de la figura de El Greco y su enorme influencia. Durante tres siglos no tiene la más mínima valoración, es un perfecto desconocido, es como si no hubiera existido
, explicó Marañón, subrayando que no fue hasta finales del siglo XIX cuando un pequeño grupo de intelectuales resucitó su figura.
Las dos grandes exposiciones de El Greco serán en el Museo del Prado, El Greco y la Pintura Moderna, del 24 de junio al 5 de octubre. Y en Toledo, donde se expondrán 80 obras procedentes de los más grandes museos del mundo, a las que se sumarán los cuadros que decoran las iglesias de la ciudad.