La jefa de familia teme perder los 55 mil 776 mil pesos que le ha exigido a la fecha
Funcionarios la acosan para que les diga cómo lo obtuvo y a qué organización pertenece
Jueves 9 de enero de 2014, p. 31
A pesar de que ya cubrió con todos los requisitos y realizó los pagos correspondientes, el sueño de Maricela Hernández Razo de tener una vivienda, para ella y sus dos hijos, se ha vuelto inalcanzable.
A principios del año pasado, de manera independiente, sin mediar ningún tipo de organización o partido político, acudió al Instituto de la Vivienda (Invi) para tramitar un crédito, que para su sorpresa, y la de muchos que han tenido que esperar por años, obtuvo de manera inmediata.
En mayo pasado le asignaron una casa en un edificio antiguo recién remodelado ubicado en la colonia San Rafael, en la delegación Cuauhtémoc, y ese mismo mes firmó el contrato de apertura de crédito, para lo cual hizo un pago en la Tesorería del Distrito Federal por 6 mil 151 mil pesos.
En él se incluyen conceptos como fondo de garantía, fondo de ayuda social, seguro de vida, seguro de daños y apertura de cobranza.
Sin embargo, la suerte que había tenido se diluyó, pues desde entonces, sin ninguna explicación, el Invi se ha negado a entregar a Maricela las llaves para que tome posesión de su vivienda, con lo que inició el ir y venir
por las oficinas de este organismo, sin ningún resultado.
Con documentos que avalan el proceso que ha llevado para obtener su casa, entre ellos la carta de asignación expedida por el Invi, fechada el 3 de abril de 2012, en la que se acepta el departamento 101, del edificio A, ubicado en la calle Francisco Díaz Covarrubias, Hernández Razo expresó su temor a que no le sea entregada la vivienda, en la que ha invertido todos sus ahorros.
Dedicada a la venta de artículos para bebés por los rumbos de La Villa, detalló que prácticamente se ha dedicado a ahorrar toda su vida, a la espera de una oportunidad para hacerse de su propia casa y dejar el hogar de sus padres.
De ahí que, cuando el personal del Invi le ofreció una vivienda, en la que había que pagar un excedente de obra, porque su crédito no alcanzaba, no dudó en aceptar la oferta. En abril realizó un pago de 38 mil 125 mil pesos directamente a la empresa que remodeló el edificio, y el 3 de junio realizó uno más por 11 mil 500 pesos.
Aseguró que cuando ha acudido al Invi a preguntar a qué obedece la tardanza en la entrega de las llaves, en lugar de obtener respuesta es acosada por el personal de Integración y Seguimiento a la Demanda de Vivienda, que le insiste en saber cómo logró que le asignaran ese departamento y qué organización la respalda.
En la actualidad, el edificio en cuestión, ubicado en una zona donde los departamentos nuevos tienen un costo entre un millón y medio y 2 millones de pesos, ya está prácticamente habitado, y ella no pierde la esperanza de que pronto ocupará el suyo.