Cuatro cráneos humanos y un cánido, muertos en sacrificio
Los restos corresponden a un altar encontrado en la zona de Ermita
Jueves 2 de enero de 2014, p. 4
Cuatro cráneos, de los cuales dos corresponden a individuos masculinos, uno femenino y un cánido, fueron algunos de los hallazgos hechos durante las obras de construcción de la línea 12 del Metro (Línea Dorada), informaron arqueólogos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); esto durante el balance de descubrimientos de octubre de 2008 a agosto de 2012.
Las arqueólogas María de Jesús Sánchez Vázquez y Georgina Tenango Salgado, de la dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH, aseguraron que los restos óseos encontrados en la zona del transbordo de la estación Ermita, formaban parte de un tzompantli, que de acuerdo con los estudios data del periodo posclásico tardío (1350-1521 dC).
También se encontraron vestigios de un empedrado y dos mangos de sahumador colocados en forma semicircular.
Respecto de cráneo del cánido, las antropólogas precisaron que es la primera vez que se encuentra este tipo de restos en un tzompantli; no obstante, los esqueletos de perros son comunes en los ritos funerarios, puesto que se creía que acompañaban a los humanos en su viaje hacia el inframundo.
Agregaron que se tiene conocimiento de que en la época de la conquista se utilizaban cráneos de caballo para montar estas estructuras, pero no de cánidos, ya que son pocos los tzompantlis hallados en la ciudad de México y escasa la información que se tiene hasta el momento.
Uno de los cráneos masculinos corresponde a un individuo de entre 25 y 35 años; el segundo, a un hombre mayor de 35, mientras el de mujer oscila entre 18 y 22 años, este último muestra deformación cefálica intencional, señalan.
Añadieron que los cráneos presentan una perforación a la altura de la sien, lo que indica que pudieron haber sido atravesados con una vara para colocarlos en el tzompantli. Sin embargo, tiempo después fueron retirados de éste y se quedaron únicamente como ofrenda.
También se encontraron muros de casas habitación, tlecuiles, pisos, un canal hecho con piedras y lajas, dos esculturas, abundante material cerámico del tipo azteca II y III y 63 entierros, entre los que predominaban infantes depositados en ollas así como directo en la tierra, entre las estaciones Atlalilco y Mexicaltzingo.
En ese mismo sitio se hallaron restos de una ex hacienda de finales del siglo XIX.
Por otra parte, en el acceso a la estación Lomas Estrella se hallaron las osamentas de dos individuos adultos, uno en posición fetal con un cajete miniatura en la región abdominal y uno trípode a la altura del cráneo.
El otro estaba en posición sedente flexionado (sentado) y tenía como ofrenda un desfibrador elaborado en basalto, tres canutos de hueso, dos cajetes trípodes, una miniatura de silueta compuesta, restos de cal, así como dos cajetes tipo azteca III.
En el interior del panteón de San Lorenzo Tezonco se encontraron las ruinas de una troje y de lo que fue la casa grande de la Hacienda de San Nicolás Tolentino, que se construyó en 1622.
En el intertramo de las estaciones Culhuacán y Atlalilco se registraron 46 metros de largo de un antiguo camino de piedra que pasaba frente al ex Convento de Culhuacán.
En la estación Parque de los Venados se registró el descubrimiento de un entierro de adulto que tenía como ofrenda una jarra con círculos incisos, un silbato rojo zoomorfo, dos navajillas de obsidiana verde y un cajete pequeño con soporte de pedestal, del periodo posclásico tardío.
En la estación Mixcoac se recuperó escaso material arqueológico en el que predomina la cerámica del periodo epiclásico (650-900 d.C.).
Ante el proyecto de ampliación de la Línea 12, las antropólogas señalaron que presentarán su propuesta de trabajo ante la DSA, para que ésta a su vez la envíe al Consejo de Arqueología del INAH.