Acceso automático a zona de circulación sin fronteras, atractivo para europeos
Chinos, los mayores consumidores de estos programas, de acuerdo con un estudio del IPM
Martes 31 de diciembre de 2013, p. 33
Un número creciente de gobiernos con problemas de liquidez ofrecen un camino a la residencia permanente o incluso la ciudadanía a individuos ricos dispuestos a invertir una suma importante en su economía.
De acuerdo con un estudio del Instituto de Política Migratoria (IPM) –institución que ofrece a organizaciones internacionales y gobiernos un análisis global de las tendencias internacionales de migración y refugiados–, los programas del inversionista inmigrante se remontan a la década de 1980 y hoy buscan obtener un mayor dividendo financiero de la migración.
En los dos meses pasados de 2013 los nuevos programas que se han introducido en Antigua y Barbuda, Granada, Malta, Países Bajos y España ofrecen a los solicitantes estado inmediato de residente permanente, ciudadanía o un permiso de residencia temporal que por lo general concede la permanente con sujeción a ciertos requisitos.
Se conoce como ciudadanía por la inversión, es decir, ciudadanía inmediata a cambio de una inversión de una sola vez. En St. Kitts y Nevis, Antigua y Barbuda, Granada, Dominica y Malta hay programas de corto plazo.
La mayoría de los programas de inversionistas inmigrantes ofrecen a los inversores permiso de residencia temporal con opción a la permanente luego de mantener esa inversión de dos a cinco años. Los requisitos por país son distintos. Mientras algunos imponen una larga espera, otros apenas obligan a los inversores a poner un pie en su territorio.
Los inversionistas extranjeros pueden mantener su estatus en Hungría sin necesidad de visitar el país en absoluto, y los programas de los inversores en España, Letonia, Portugal, Irlanda sólo requieren una visita al año.
Hasta el momento, los chinos han sido los mayores consumidores de estos programas, que también han demostrado ser populares entre familias ricas de Corea del Sur, Rusia y del Medio Oriente, que ven en los programas una manera de establecer a sus familias de forma permanente en el extranjero, sobre todo en destinos populares como Estados Unidos, Reino Unido y Australia.
Otros los ven como una póliza de seguro, una forma de mantener opciones abiertas en un contexto de incertidumbre política y económica en el país de origen. Un beneficio clave de varios de los programas europeos es un acceso automático a la zona de circulación sin fronteras conocida como la zona Schengen.
Los requerimientos de inversión y criterios varían entre programas. Por ejemplo, Letonia requiere una inversión de 25 mil lats o 48 mil dólares en una pequeña empresa, mientras Francia concede un permiso de residencia de 10 años a solicitantes que pueden hacer una inversión de al menos 10 millones de euros.
Muchos países ofrecen opciones simples como compra de bonos de gobierno o una donación en efectivo a un fondo nacional de desarrollo. En otros, los solicitantes pueden optar por un permiso de residencia, mediante la compra de bienes para uso personal.