El comercio informal creció este año 25 por ciento, para sumar un millón 500 mil personas, poco más de una tercera parte de la población económicamente activa, convirtiéndose en uno de los cánceres más fuertes de la economía, informó la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la ciudad de México (Canacope).

El desmantelamiento del Nuevo Tepito, consideró, no debe ser una acción aislada, sino parte de una política pública, por lo cual espera que se apliquen también operativos en los mercados ambulantes de San Felipe de Jesús, los de avenida Texcoco, Eje 6 Sur o Ermita, para enviar un mensaje contundente en contra de la ilegalidad, la piratería y el ambulantaje.

Cada temporada, dicha actividad impacta en 30 por ciento al comercio formal, al ocupar cualquier zona con gran flujo de personas con productos de dudosa calidad y procedencia, como las calles del Centro Histórico, del Zócalo a Eje Central, con los llamados toreros o puestos semifijos hacia la avenida Anllo de Circunvalación, que invaden el arroyo vehicular.

Los accesos y estaciones del Sistema de Transporte Colectivo se encuentran también invadidos de ambulantes o vagoneros; así como los alrededores de hospitales, clínicas, laboratorios, escuelas de nivel básico, preparatorias, universidades públicas y privadas, y oficinas administrativas de los sistemas de seguridad social locales y federales, comentó.

La Canacope destacó que los centros religiosos, iglesias y plazas públicas con alta afluencia de personas tampoco se salvan del comercio informal, aunque la desaceleración económica ha incrementado su número en los cruces de avenidas principales o semáforos de gran presencia vehicular, pero su concentración mayor está en los tianguis como el del Bordo de Xochiaca, Eje 6 Sur (Las Torres), Santa Martha, El Salado, avenida Texcoco (tianguis de San Juan) y Tepito, entre otros.

Al inicio de la actual administración, se estimaba en un millón 200 mil personas quienes laboraban en la informalidad, pero al cierre del año, por las condiciones económicas adversas, debido a la desaceleración económica nacional y la contracción en la creación de empleos formales, su número llega ya al millón y medio de personas, señaló.

Su proliferación ha erosionado al comercio formal, que no puede competir con quienes realizan esta actividad con total holgura e impunidad, al no ser sujetos de verificaciones, multas o clausuras, por no cumplir con alguna normatividad requerida, por lo que la autoridad debe implementar programas efectivos para el control y tránsito de la informalidad a la legalidad, afirmó.