No basta el asistencialismo, remarca
Sábado 21 de diciembre de 2013, p. 16
En el Día Internacional de la Solidaridad Humana el consejo de presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) lamentó que persistan desigualdades terribles provocadas por diversas formas de injusticia, explotación, opresión, violencia, impunidad y corrupción; inequidad que hace inalcanzable el deseo común de seguridad y paz
.
En su mensaje, la CEM indicó que al ir descubriendo la grandeza, dignidad y derechos de toda persona seremos capaces de colaborar en la creación de condiciones que hagan posible a todos un auténtico desarrollo integral abierto a las generaciones presentes y futuras
.
Precisó que la solidaridad forma parte de la naturaleza social de la persona
y que ésta manifiesta la igualdad de todos en dignidad y derechos y el camino común que debemos recorrer hacia la unidad en la legítima diversidad
y añadió que Dios no nos pide imposibles, sino que hagamos todo lo que podamos por el prójimo, cuidando especialmente, como lo ha pedido el Papa, a los sin techo, a los toxicodependientes, a los refugiados, a los indígenas, a los ancianos, a los migrantes, a las víctimas de la trata de personas, a las mujeres, a los niños por nacer, a los discapacitados y al conjunto de la creación
.
Remarcó que el crecimiento en equidad requiere decisiones, programas, mecanismos y procesos específicamente orientados a una mejor distribución del ingreso, a la creación de fuentes de trabajo, a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo
y acotó que actualmente los medios de comunicación, las redes sociales y el intercambio comercial han favorecido las relaciones entre las personas y los pueblos, pero por desgracia
persisten enormes desigualdades.
Al retomar palabras del papa Francisco en su reciente exhortación apostólica Evangelii Gaudium, el episcopado refirió que la solidaridad ha de impulsar el conocimiento, el cuidado y la transmisión del patrimonio común constituido por la cultura, el conocimiento científico y tecnológico, los bienes materiales e inmateriales fruto de la actividad humana, así como el don de la fe
.