La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) reportó de diciembre de 2006 a agosto de 2013 el robo en instalaciones militares de 142 granadas de diferente tipo, 43 pistolas, 13 fusiles automáticos MP-5, 28 fusiles y mosquetones, dos aditamentos lanzagranadas y miles de cartuchos de diferente tipo.

Sin embargo, de acuerdo con cifras de la dependencia, hasta la fecha sólo han sido procesados siete elementos, todos de tropa.

Cuatro de ellos se encuentran internados en la prisión de la primera Región Militar, uno más en el penal de máxima seguridad del Altiplano; mientras que un oficial y un soldado se encuentran prófugos.

En respuesta a una solicitud de información pública, la dependencia precisó que dos granadas defensivas M26 fueron sustraídas del depósito de materiales de guerra de un batallón de infantería y menciona que la Sedena cuenta con dos almacenes de ese tipo, pero no ofrece mayores detalles.

De acuerdo al listado, que incluye las averiguaciones previas levantadas por la Procuraduría General de Justicia Militar (PGJM), el caso más grave es el robo de 95 granadas antimotines, cartuchos y partes de armas de fuego que constan en la indagatoria ICE/34/2008.

También se mencionan otros robos ocurridos ese año: una pistola ametralladora MP-5, calibre 9mm, una pistola marca Heckler and Koch, calibre 9mm, una pistola semiautomática Smith and Wesson, y una pistola marca Beretta, modelo 915.

Cabe señalar que el resto de los robos referidos involucran una arma de fuego, cartuchos exclusivos del Ejército, Fuerza Aérea y Armada de México.

Destacan armas que seguramente estaban bajo resguardo, como es el caso de un fusil de fabricación china calibre 7.62 mm o el caso de 70 gramos de explosivo TNT.

Llama la atención también el robo de aditamentos de lanzagranadas, ocurrido en 2007.

De acuerdo con la información proporcionada, los hurtos se han llevado a cabo en casi todas las zonas militares del país y en el primer cuerpo del Ejército con sede en la ciudad de México.