La galerista Teresa Pecanins (1930-2009) protagoniza el proyecto con el que su hija Yani se hizo acreedora a la beca del Sistema Nacional de Creadores del Arte 2010-2013, ahora convertido en la exposición intimista Paseo de gracia, de arte objeto, collage y libros de artista, para el Museo de Arte Carrillo Gil.

Se trata de la primera exposición individual de la artista en un museo del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Aunque suene a telenovela, Yani quiso hablar sobre su progenitora, codirectora de la extinta Galería Pecanins (1964-2010), quien hizo muchas cosas y fue un personaje muy importante para mí, pero sin caer en lo melodramático o cursi. Es decir, centrarme en su vida, su nacimiento en Barcelona, sus primeros años y la Guerra Civil española, su llegada a México con su familia, casarse y quedarse viuda a los 26 años con tres hijos, adentrarse en el mundo del arte e irse construyendo a sí misma a lo largo de muchos años a través de la Galería Pecanins.

Labor de tres años

Para Yani Pecanins, la galería fue como una expresión de su madre y, claro, también de las hermanas de ésta Montserrat y su gemela Ana María. A partir de su apertura, doña Tere hizo su vida alrededor de la pintura y los movimientos artísticos: Muchas cosas que le tocaron y le hicieron probar desde hacer cine como directora de arte y realizadora de ambientaciones, cosa que disfrutaba mucho.

No fue un proyecto fácil porque en esos tres años a Yani le tocó cerrar la Galería Pecanins y, tras la muerte de Ana María a los cuatro meses de fallecida Tere, limpiar el departamento que habitaban en los edificios Condesa.

Con el cierre de la galería, Yani revisó el archivo con la finalidad de preservar su memoria, acción que le ayudó para concretar el proyecto.

En muchas de las piezas de la exposición, hay pedacitos de galería, sea catálogos o recibos, notas; mientras otras contienen cosas que mi mamá, como hacía cine, coleccionaba, papel tapiz y chácharas, de las que me apropié y a partir de ellas empecé a trabajar.

Limpiar el departamento fue muy duro, porque era una casa muy viva, llena de cuadros, regalos de amigos, dibujos, libros, objetos. Abrías una puerta y había tres cuadros atrás. Cosas muy bonitas y queridas, cada una con un sentido en su vida. Fue una manera de decirme que uno a veces hace su camino a través de las cosas que ves, que te gustan, que sientes. Todos estos pequeños objetos conforman un buen panorama de las personas.

Aparte de lo difícil y triste de esa tarea, fue “emocionante ver qué ibas a encontrar, pues una pequeña escultura de Mathias Goeritz y cositas así. Como también soy chacharera, lo disfruté. Sin embargo, en ese universo de mil cosas elegir qué usar fue difícil.

Una tiene que aprender a desprenderse; esta exposición es un poco mi desprendimiento de una figura central. Trabajaba en la Galería Pecanins, ahora no la tengo; te sientes rara, estás volando, pero se tiene que aprender a soltarse.

La pieza estelar de la muestra es una mesa con 67 pequeñas cajas, llenas de recuerdos y gustos. Se incluye una serie de collages expuestos hace dos años en Machado Arte-Espacio, y otra de pañuelos trabajados a la manera de collages con objetos y frases. Yani intervino un vestido de doña Tere, cuya parte superior contiene papelitos con huellas y alfileres clavados, mientras el borde de la falda recoge nombres de amigos, pintores y críticos de arte.

–Este proyecto, ¿qué le ha enseñado de su madre?

–Que siempre fue fiel a sí misma. Se quedó viuda muy jovencita, no había estudiado como que nada, pero empezó a meterse (en el mundo del arte). Fue muy entusiasta, se apasionó y se entregó a su trabajo. Fue muy luchona.

Paseo de gracia se presenta en el gabinete de papel y gráfica del museo Carrillo Gil (avenida Revolución 1608, San Ángel), en la sexta edición del Foro de Ediciones Contemporáneas.