Lunes 16 de diciembre de 2013, p. 36
Madrid, 15 de diciembre.
La crisis económica y los recortes volvieron a mostrar su cara más cruda y severa en España. Tres miembros de una familia en la provincia de Sevilla murieron por la ingesta de comida caducada, mientras que el cuarto integrante -una adolescente de 13 años- se encuentra grave y en terapia intensiva.
El padre de la familia, Enrique Caño, de 60 años, desempleado de larga duración y con la casa embargada, que desde hace dos años vivía de recolectar en basureros y supermercados cartón y papel para venderlo y sacar algo de dinero para lo más básico. Antes de la crisis trabajaba en la construcción y pertenecía a la llamada clase media
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El caso de la familia Caño de Alcalá de Guadaíra es uno de los hechos más trágicos y tristes provocados por la crisis que azota a España desde hace cinco años y que ha dejado a más de 500 mil familias sin vivienda, elevó dramáticamente la tasa de desempleo -por primera vez roza los seis millones de personas o 27 por ciento de la población activa- e incrementó el número de pobres, que por primera vez están en riesgo de caer en situación de exclusión social
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La familia afectada vivió hasta hace unos años de su trabajo, pero con la crisis todo cambió: el padre y la madre se quedaron sin empleo y las dos hijas -de 14 y 13 años- empezaron a sufrir penurias, sin ingresos y sin ayuda de Estado.
Su modo de supervivencia fue vender cajas de cartón y papel que recopilaban de botes de basura y comercios que se los daban por la noche, que a su vez revendían a precios que al menos les permitía sacar algo de dinero para lo básico.
Pero su situación empeoró día a día. Con la pérdida de ingresos, aumentaron las deudas, su casa fue declarada bajo embargo -aunque seguían viviendo en ella- y ni siquiera tenían para comer, por lo que o se alimentaban en comedores sociales y de las sobras que les regalaban en algunos supermercados de comida caduca, como hacen actualmente decenas de miles de personas en el país.
El viernes pasado ingirieron un pescado en mal estado que les provocó una grave intoxicación, que en cuestión de horas acabó con la vida del padre, de la madre Concepción y de la hija mayor, Tamara. La menor, Vanesa, fue ingresada en terapia intensiva y se encuentra en situación crítica
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El ayuntamiento de Alcalá de Guadairá, en cuya fachada ondearon hoy las banderas a media asta, decretó tres días de luto oficial.