Houston, 15 de diciembre.

El éxito de México en abrir su estancado sector petrolero a la inversión privada 75 años después de nacionalizado dependerá de cuánta autonomía logre ofrecer a las empresas extranjeras, que tienen infinidad de opciones en el mundo, dijeron analistas.

El presidente mexicano Enrique Peña Nieto, quien consiguió el jueves una victoria cuando el Congreso aprobó una histórica reforma energética, espera que empresas extranjeras le ayuden a revertir una década de declive de la producción de la estatal Pemex y extraer lo que los expertos consideran enormes recursos.

México llega al menos cinco años tarde con esta reforma, dijo Roger Tissot, consultor de energía en Canadá. Las transnacionales tienen sus portafolios copados, por lo que requerirían grandes incentivos para escoger México.

Grandes petroleras, incluyendo Chevron y Exxon Mobil Corp, expresaron amplio apoyo a las reformas, pero las decisiones finales de inversión dependerán de cómo se apliquen las nuevas reglas. Si las compañías moverán capital a México desde otras inversiones marginales, no creo que esté claro, dijo Kenneth Medlock, del centro de estudios energéticos de la Rice University en Houston.