El ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) reconoció que la credibilidad en los jueces es un reclamo social de hoy, la sociedad quiere creer en sus jueces y tenemos la responsabilidad de que ésta se vaya dando con nuestro trabajo, no porque sea algo inusitado, sino por nuestro trabajo constante, sostuvo el ministro presidente Juan N. Silva Meza.

Horas antes de recibir, a nombre de la SCJN, el Premio de Derechos Humanos de las Naciones Unidas durante la asamblea conmemorativa del 65 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, en la sede de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York, Silva Meza reconoció que los juzgadores “tenemos que atender estos reclamos a fuerza y tenemos que reconocerlos, porque si no los reconocemos no los podemos solucionar.

El premio es un reconocimiento que nos enorgullece y nos compromete mucho a seguir en la ruta de la protección de los derechos humanos en el país”.

Indicó que el reconocimiento no es sólo para la Corte de México, sino para todos los tribunales del mundo, porque todos tratamos de proteger los derechos humanos de las personas de nuestras comunidades.

Acerca del alto número de denuncias de mexicanos sobre violaciones a derechos humanos que han sido admitidas por la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, señaló que ello no implica necesariamente un sistema judicial deficiente, ya que muchos recurren a estos organismos sin haber agotado los recursos legales internos. Esto se ha convertido en una práctica de litigio, apuntó.

Silva Meza recibió el galardón junto con cinco activistas y organizaciones de Mauritania, Kosovo, Finlandia y Marruecos que se destacaron por su contribución excepcional a la promoción y portección a los derechos humanos. Así, la SCJN se convirtió en el primer tribunal –local o internacional– que es reconocido con este premio que otorga la Asamblea General de Naciones Unidas cada cinco años.

La SCJN fue reconocida por su labor de protección legal de los derechos constitucionales de los ciudadanos mexicanos y los residentes extranjeros en el país, y por haber logrado importantes progresos en la promoción de los derechos humanos a través de sus interpretaciones y de la aplicación de la Constitución mexicana y sus obligaciones bajo el derecho internacional de los derechos humanos, así como por haber establecido importantes estándares de derechos humanos para México y Latinoamérica.

La ceremonia no contó con la participación del secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y de la alta comisionada de las Naciones para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quienes representaron al organismo internacional en los funerales del ex presidente sudafricano Nelson Mandela, quien recibió éste mismo reconocimiento en 1988.

Los otros premiados fueron: Biram Dah Abeid (Mauritania), Hiljmnijeta Apuk (Kosovo), Liisa Kauppinen (Finlandia) y Khadija Ryadi (Marruecos).