Todo el capital político del PRI está a disposición de la reforma energética de nuestro líder Enrique Peña Nieto, sostuvo el dirigente nacional de ese partido, César Camacho Quiroz.

Al dictar una conferencia sobre las grandes reformas nacionales, el presidente nacional del tricolor advirtió que la actual generación no puede seguir postergando decisiones que nos toca asumir.

Al encuentro de la Escuela Nacional de Cuadros, realizado en el auditorio Plutarco Elías Calles de la sede nacional priísta, también asistió el titular de la Secretaría de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien reiteró que la propuesta de reforma energética de Peña Nieto no es privatizadora; es una iniciativa que garantiza que la nación no pierda el dominio sobre los hidrocarburos; es indispensable modernizar este sector ante el riesgo de que la reindustrialización de Estados Unidos arrastre a México a una pérdida de competitividad, que en la frontera norte se expresaría en que las industrias se irían al otro lado.

El funcionario reiteró también la disparidad productiva de hidrocarburos entre Estados Unidos y México, porque sólo en el sur de Texas, los estadunidenses perforaron 9 mil 100 pozos para extraer shale gas, y los mexicanos sólo tres.

En aguas profundas y ultra profundas de Estados Unidos se perforaron 137 pozos comerciales; nosotros apenas seis exploratorios; ellos producen en esas zonas un millón de barriles de petróleo diarios, y México cero.

Al concluir el encuentro, Camacho Quiroz calificó el proceso de aprobación de la reforma energética como un asunto de responsabilidad histórica, y ante el reclamo del legislador perredista Alejandro Encinas porque el dictamen se habría elaborado fuera del Senado, Camacho replicó:

Independientemente de que se formule cualquier documento, los que van a dictaminarlo son los senadores. Eso no se puede soslayar, y nosotros, por supuesto, no queremos que así sea. Todas las voces son importantes y todas van a ser escuchadas.

Al preguntarle si no existe el riesgo de que el proyecto se postergue, contestó: la reforma es largamente esperada, y esta es una semana vital para los mexicanos.

Joaquín Coldwell también señaló que la propuesta que discutirá el Senado tiene raíces muy mexicanas, a pesar de incluir referentes internacionales, como los casos de Noruega, Brasil y Colombia.

Responsabilidad del Congreso

Se le cuestionó sobre el dilema en torno a los contratos o licencias de explotación de hidrocarburos, y atribuyó al Congreso la responsabilidad de asumir una postura. No obstante, defendió la propuesta gubernamental: es un sistema de contratos y puede haber muchos tipos de modalidades. Puede haber contratos de utilidad compartida, de producción compartida y de licencia. En opinión del gobierno de la República, mientras mayor flexibilidad tenga el Estado es mucho mejor para los intereses nacionales.

Joaquín Coldwell insistió en que una reforma descafeinada representará más de lo mismo: caída en la producción de crudo, importación de productos petrolíferos y encarecimiento de las tarifas de luz. Para eso necesitamos una reforma de fondo que realmente revierta estas situaciones y mueva la economía del país.

–¿Reforma descafeinada? –se le preguntó.

–Que no toque la Constitución. Necesitamos ajustar los modelos contractuales en exploración y producción, y permitir competencia en toda el área industrial del petróleo.