Presentó en la FIL de Guadalajara su cuarto libro sobre la caricatura nacional
Domingo 8 de diciembre de 2013, p. 4
Guadalajara, Jal., 7 de diciembre.
Tengo la impresión de que se quieren cerrar los espacios de libertad de expresión y tenemos que hacer el esfuerzo de abrirlos
, dijo Rafael Barajas, El Fisgón, durante la presentación, el viernes por la tarde, del libro Historia de un país en caricatura. Caricatura mexicana de combate, 1821-1872.
Este es el cuarto título sobre el desarrollo de la caricatura nacional que el monero de La Jornada publica con el Fondo de Cultura Económica: El país de El Ahuizote, El país del llorón de Icamole; Posada. Mito y Mitote y ahora Historia de un país en caricatura, que refiere una parte de nuestra tradición periodística e histórica
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Este nuevo título habla no sólo de la historia de la caricatura, la historia de la prensa en México y la libertad de imprenta en el país. Es una historia que tenemos que conocer para que no nos pase lo que a Vicente Fox, quien decía que por más que le pensaran nunca habría un presidente que haya sido más atacado que él. Fox no leía periódicos ni en su tiempo, ni sabía de periódicos de antes. Muchos presidentes fueron mucho más atacados que él, entre ellos Benito Juárez, Porfirio Díaz y Madero
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En teoría, agregó, el tema del libro es cómo se abrió la libertad de imprenta en México, y empieza con la Colonia y termina con la muerte de Juárez. Cuando fallece ya hay una libertad de imprenta envidiable en nuestro país. El tema es cómo se conquista la libertad de imprenta. Tengo la idea de que la libertad de imprenta es una costumbre y es muy difícil adquirirla, pero también quitárnosla; es algo en lo que tenemos que trabajar
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Esta investigación comenzó hace varios años, cuando recién iniciaba el proyecto del diario unomásuno. “Nos sentíamos muy audaces y que hacíamos cosas atrevidas porque criticábamos todo lo que decía el presidente, hasta que un día mi casero me regaló un capítulo del periódico La Orquesta, del siglo XIX, y vi cómo trataban estos periódicos al presidente Benito Juárez, con una falta de respeto y una libertad que me resultó envidiable. Pasé de sentirme un caricaturista de vanguardia a una señorita bien portada, y fue ver cómo habíamos involucionado en la libertad de imprenta”.
Más apertura en 1870
Comenzó la investigación, me puse a buscar fuentes históricas, documentar y la primera conclusión, que debo decir que me avergonzó y escandalizó, fue que en 1870 había más libertad de expresión que en 1970
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Explicó que había una riqueza extraordinaria en el debate artístico y político del siglo XIX, y era un material que se desconocía porque fue publicado en periódicos, no en libros.
En México en el siglo XIX no existía una buena cultura de libros y no había una gran vida académica. La conclusión es que la vida intelectual y del debate público se dio en los periódicos y eso me llevó a estudiar la importancia de la prensa de la época. Hay que recordar además que cuando México se independiza, en 1820, todavía la censura la ejercía la Santa Inquisición y era muy efectiva, porque amedrentaba a los lectores, a los escritores y no permitía que se leyera. No había forma fácil de publicar libros, sino que era mal visto que la gente leyera; obviamente las primeras muestras de caricatura y expresión gráfica que se tuvieron en México eran cosas que se pegaban en la calle y la pared
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Y de las paredes a los periódicos y de los periódicos al libro de El Fisgón.